En nuestro país, la guerrilla del FMLN había logrado establecer áreas de influencia a las que denominaba territorios liberados (rurales específicamente), en un conflicto armado que inició con hostilidades programadas desde el 10 de enero de 1981 y que culminó con un acuerdo entre cúpulas de la guerrilla del FMLN y del gobierno de ARENA liderado por Alfredo Cristiani. Desde entonces, remarca la historia, crearon un sistema político «bipartidista» y de alternancia entre estos dos partidos políticos, aclarando que el FMLN para inscribirse como partido político legalmente constituido no debió pasar por el proceso de recolección de firmas, fue incluido por decreto como partido político legalmente constituido, dejando claras las intenciones de repartirse el poder y lactar de los bienes del Estado salvadoreño, engañando a propios y extraños con una estrategia de grandes ligas, sabedores de que su supuesto antagonismo se reducía a lo que coloquialmente llamamos cachetadas de payaso, pues eran enemigos políticos de mentiras, solo era una máscara para mantener engañada a la población votante y a sus militantes, conocedores de estas oscuras intenciones solo las cúpulas de ARENA y FMLN; caso contrario, no hubiese en este momento un sector de veteranos que demanda deudas del Estado salvadoreño, pues quedó prácticamente tirado a su suerte.
Ahora todo tiene sentido, y el hecho de unir sus esfuerzos en contra del presidente Bukele deja clara la verdadera intención política. Como ya se les dijo: son una misma moneda con diferentes rostros.
La ofensiva de 1989 confirma la estrategia de los grupos dominantes de este país, pues la famosa firma de los Acuerdos de Paz, ahora derogada por la nueva Asamblea Legislativa, era una jugada política para perpetuarse en el poder, con una dictadura encubierta y a su vez justificada en el hecho de que su única y verdadera intención era crear un esquema de alternancia en el poder, con el aval y el apoyo de Estados Unidos. Esto viene a ser parte de una de las teorías conspirativas creadas por los expertos de la Casa Blanca para mantener pacificada la región.
El acuerdo firmado por las cúpulas del FMLN y de ARENA dejó claro que, por un lado, la exguerrilla se quedaba sin patrocinadores para continuar su esquema de guerra de guerrillas, y por el otro, el sector oligárquico, representado políticamente por el partido ARENA, estaba interesado en impulsar un nuevo esquema capitalista, para lo cual el neoliberalismo y la globalización de la economía eran los principales estandartes.
Aunado a esto, el programa de ajuste estructural, de privatización de servicios estatales (Antel), la descentralización de las funciones del Estado, así como la incorporación de la Ley de Impuesto a la Transferencia de Bienes Muebles y a la Prestación de Servicios, publicada en el «Diario Oficial» 143, tomo 316, del 31 de julio de 1992, que había sido aprobada por la Asamblea Legislativa el 24 de julio de ese mismo año, conocida como IVA, ambas fechas en el marco de la firma de los Acuerdos de Paz de las cúpulas.
Más adelante, la privatización de las pensiones y la dolarización, temas en los cuales tanto ARENA como el FMLN se han visto beneficiados. De esto hay muchos otros elementos que iré presentando a la opinión pública, pues la población tiene derecho a estar bien informada.
Treinta y tres años después de la citada ofensiva guerrillera, nos encontramos con un nuevo gobierno, diferente a esas prácticas fraudulentas del pasado, y obviamente son comprensibles las confrontaciones con algunos congresistas norteamericanos al pretender —como lo hicieron en el pasado— manipular las decisiones de un Gobierno salvadoreño que ahora solo pide respeto a su soberanía y que nos dejen ser país.
Treinta y tres años después quedaron al descubierto las pretensiones de los grupos de poder que el presidente Nayib Bukele tildó como los mismos de siempre.
Treinta y tres años después se traza la verdadera ruta para nuestro país, como se dijo, un país en vías de desarrollo. Obviamente no es cosa fácil solventar todos los problemas heredados de gobiernos anteriores, pero sí es posible resolver una a una las diferentes herencias negativas y trazar la ruta a seguir, la cual ya no tiene vuelta al pasado.