Carla Mayarí Ayala Palacios, Jocelyn Milena Abarca Juárez, Karla Lisseth Turcios, Ana Silvia Yánez Alvarado, Rosa María Bonilla Vega, Katherine Cárcamo y Lorena Beatriz Hernández Quintanilla son algunos de los nombres de las 1,209 mujeres asesinadas entre el 1 de enero de 2015 al 9 de noviembre de 2020, de acuerdo con los datos de la Dirección de Análisis, Técnicas de Investigación e Información (DATI) de la Fiscalía General de la República (FGR).
El 2015, 2016, 2017 y 2018 fueron años violentos para las mujeres. Las autoridades registraron 1,033 muertes de féminas; pero esa tendencia se rompió en junio de 2019, pues entonces empezaron a descender esas cifras fatales y se ha mantenido la tendencia hasta noviembre de 2020, los datos reflejan una sustancial baja en los feminicidios con 176 casos.
Las autoridades de Seguridad atribuyen esa importante disminución a los resultados del Plan Control Territorial (PNC) puesto en marcha a partir del 1 de junio de 2019.
El año pasado ocurrieron 113 feminicidios y entre el 1 de enero al 9 de noviembre de 2020 se registran 63. En el primer año del presidente Bukele se pasó de un promedio anual de 258 homicidios de mujeres a 113 casos.
«Se han reducido los feminicidios en un 50%, los homicidios en un 47 %, la extorsión en un 40 % en este 2020», manifestó el ministro de Seguridad Rogelio Rivas en los primeros días de diciembre.
Las zonas del país con más casos de feminicidios
Con 424 feminicidios, San Salvador encabeza la lista de los departamentos donde más asesinatos contra féminas se registraron en el quinquenio pasado, le sigue San Miguel (168), La Libertad y Santa Ana con 110 respectivamente, Sonsonate (101), Usulután (83); La Paz (76), Cuscatlán (30), La Unión (25), Chalatenango (18); Morazán (17), San Vicente y Ahuachapán (16) respectivamente y Cabañas (15).
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La representante de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), Silvia Juárez reconoce la reducción de feminicidios, sin embargo, lamenta que todavía persiste ese tipo de violencia contra las mujeres.
«Es cierto tenemos una tendencia en la reducción de muertes violentas de mujeres, recordemos que veníamos de un periodo 2006-2011 que fue violento para las mujeres, pero esa tendencia nos muestra que en este quinquenio todavía persisten esas situaciones de violencia», manifestó Juárez.
La defensora de Derechos Humanos considera que uno de los principales retos del Estado no es capturar y condenar a los feminicidas, sino evitar que las mujeres sean asesinadas y para eso, asegura que se deben advertir todos los hechos pre delictivos de la violencia; es decir todo lo que ocurre antes de un crimen: las amenazas, la violencia intrafamiliar y las medidas de protección que se incumplen.
«Que ni siquiera cuando el juez le prohíba ejercer esa violencia lo va a dejar de hacer, ni siquiera el juez representa una autoridad, que poder puede tener frente a una víctima. Sino somos capaces de tener alertas tempranas en todos esos hechos pre delictivos estamos condenando a las mujeres a que puedan morir a manos de sus compañeros de vida, parejas u otros.»
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Ruth Mojica, un caso de cientos
Ruth Ester Rivas Mojica, de 27 años se desempeñaba como enfermera en el Hospital Nacional de Metapán, Santa Ana y murió el 1 de octubre de 2018 tras haber sido agredida sexualmente, golpeada y abandonada en la carretera por Víctor Alfonso Vides, quien ya fue condenado a 26 años de prisión por feminicidio agravado.
El exfiscal General, Douglas Meléndez reveló, en su momento, que, según los registros de las cámaras de videovigilancia, la enfermera llevó a su novio hasta el hospital de Metapán el 27 de septiembre de 2018 y cuando salió del nosocomio, la mujer encontró a Vides, con el que entabló una breve plática y la convenció que se subiera a su motocicleta. Según la Fiscalía, la víctima accedió porque habían sido compañeros de bachillerato. El asesino la llevó hasta el cantón Mal Paso en la carretera a Metapán donde consumó una golpiza, la víctima murió tres días después en el hospital de Santa Ana.
Causa preliminar del asesinato
Los datos reflejan que de las 1,209 mujeres asesinadas en cinco años; 492 son atribuidas a la violencia de pandillas, 145 vinculadas a la violencia social/delincuencia, 124 relacionadas a violencia intrafamiliar, drogas y enfrentamiento con la autoridad un caso respectivamente y sin definir 446 muertes.
«El sistema nacional de estadísticas recopila menos del 20% de las muertes de mujeres y tienen un registro asertivo que fueron cometidas por pandillas y que las mujeres tenían un vínculo con las estructuras…», asegura Juárez.
De acuerdo con las estadísticas 824 fueron acribilladas con arma de fuego, 197 con arma blanca, 67 con objetos contundentes (un bate, una superficie dura, un palo, una piedra, un martillo), mientras que otras armas 103 y 19 sin registrar.