Si el 2020 fue el año de los desastres y las catástrofes, también vale la pena decir que fue el año en que una «Estrella de Belén» confirmó lo que Space X y la NASA nos dijeron a lo largo del año: el futuro de la humanidad está en las estrellas.
Space X y la NASA nos hacen soñar con las estrellas
El 15 de noviembre, el mundo quedaba impactado con las imágenes del lanzamiento del cohete Falcon 9, fabricado por la empresa Space X y que busca ser el nuevo transporte espacial de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos. El Falcon 9 tenía como objetivo llegar a la Estación Espacial Internacional (ISS).
A bordo del Falcon 9 viajaron los astronautas estadounidenses Michael Hopkins, Victor Glover y Shannon Walker, y el japonés Soichi Noguchi. El cohete Falcon 9 de SpaceX despegó sin fallas y a la hora prevista desde del Centro Espacial Kennedy, en Florida (sureste), iluminando el paisaje nocturno de la costa.
Menos de tres minutos después del despegue, a una altitud de 90 kilómetros y mientras el cohete viajaba a 7,000 kilómetros por hora, el primer nivel de la nave se desprendió sin incidentes para volver a la Tierra, pues será reutilizado en una misión prevista para 2021 que conducirá a cuatro astronautas a la ISS.
Con esto, el gobierno de Estados Unidos afianzaba sus intenciones de promover una nueva carrera espacial, la cual permita facilitar los viajes al espacio exterior y, por fin, ayudar a que la humanidad dé el salto hacia las estrellas. Para ello, la empresa Space X, del genio de la tecnología Elon Musk, es una de las que trabaja en conjunto con la NASA para lograr este objetivo.
Una luz para creer que es posible tocar las estrellas
Un mes después de este lanzamiento, el 21 de diciembre, el cielo se iluminó con el regreso de la conjunción entre Júpiter y Saturno 800 años después de la última vez en que ambos planetas estuvieron tan cerca. Esta conjunción es lo que popularmente se conoce como «Estrella de Belén», la cual, según la tradición religiosa, fue la que iluminó el nacimiento del Niño Jesús.
Los estudiosos de la astronomía señalan que esta aparición de la famosa estrella no se producirá hasta el año 2080, por lo que el fenómeno que ocurrió este 21 de diciembre fue algo histórico para el mundo y la humanidad. Ese día, las redes sociales se llenaron de postales y fotografías de ambos planetas en el punto máximo de su conjunción, lo que dejó una luz que adornó el cielo de una Navidad en medio de la pandemia.
Sin duda alguna, el futuro de la humanidad es el camino hacia las estrellas. La tecnología sigue creciendo y, con ella, las posibilidades de ampliar el horizonte de vida se han vuelto reales, curiosamente, en un año en el que el caos se elevó a niveles poco comunes en la historia de la humanidad y el mundo.