Vesna Vulovic, una joven yugoslava durante los años 70 se convirtió en azafata a sus 21 años, sobrevivió a un trágico accidente mientras le tocaba cubrir un vuelo entre Estocolmo y Belgrado.
Antes de embarcar en la capital danesa, Vesna disfrutó varios días y visitó la cuidad a la que nunca había ido; mientras sus amigos hablaban de ir de compras, lo único que quería la joven era salir a hacer turismo.
El día de salida, en la cola de subida al avión, Vesna observó que un hombre parecía sospechoso. 45 minutos después ya sobrevolaban la localidad checa de Srbská Kamenice, y el avión explotó en el aire.
Al menos desde 10 mil metros de altura la aeronave se desplomó y todas las personas a bordo murieron, exceptuando a Vesna, quien fue encontrada con signos vitales por Bruno Honke, un médico y también habitante de un pueblo que corrió al lugar del accidente.
De acuerdo con el testimonio de Honke, la joven tenía dos piernas fracturadas, tres vértebras rotas, fractura de pelvis y de cráneo.
Inmediatamente, Vesna fue llevada a un hospital, pasó varios días en coma, y luego de despertó sin recordar nada en relación al impactante accidente.
Varias teorías surgieron luego del accidente, especialmente debido a las razones por las que inexplicablemente Vesna Vulovic había sobrevivido.
Los doctores sospecharon que los problemas de Vulovic con la presión sanguínea ayudaron a mantenerla con vida, ya que presentaba baja presión arterial, eso fue lo que impidió que sufriera un problema cardiaco en el impacto.
Después de la tragedia, la aerolínea mantuvo a la joven en funciones administrativas, nunca más volvió a ejercer como azafata a bordo.