Al menos 39 personas han fallecido en el Mediterráneo a raíz de los incendios y las olas intensas de calor. Ayer, dos pilotos griegos murieron al estrellarse su bombardero de agua y otro hombre fue hallado carbonizado en la isla de Eubea, devastada por unos incendios que asuelan también otras zonas de Grecia en medio de elevadas temperaturas.
El avión en el que viajaban los pilotos se estrelló mientras combatía un incendio en Platanistos, un pueblo de la isla, informó unas horas antes la fuerza aérea del país mediterráneo.
El aparato, que intervenía con al menos otros tres aviones y un centenar de bomberos, se estrelló en un barranco. En tanto en la isla de Sicilia, en el sur, los incendios conllevaron el cierre del aeropuerto de Palermo. Según las autoridades, hay 55 incendios que siguen ardiendo. Ayer se registró la primera muerte en Italia: una mujer de 88 años que murió porque no pudo recibir ayuda a tiempo en Palermo.
Además, al menos 34 personas, entre ellas diez militares, murieron en unos incendios en el noreste de Argelia, que siguen en curso, indicó el ministerio del Interior en un nuevo balance. El balance anterior daba cuenta de 15 muertos y 26 heridos en estos incendios.
Unos soldados se vieron rodeados por las llamas cuando estaban siendo evacuados de Beni Ksila, en la prefectura de Bugía (este), indicó el ministerio de Defensa.
Entre el domingo y el lunes, Argelia registró 97 incendios en 16 prefecturas. Los fuegos más violentos se dieron en Bugía, Al Buira y Jijel, según el Ministerio del Interior.
Al menos 1,500 personas fueron evacuadas de estas zonas por las llamas, atizadas por los fuertes vientos, indicó la misma fuente.
Grecia, aunque acostumbrada a las altas temperaturas estivales, está sufriendo una de las olas de calor más largas de los últimos años, según los expertos. Las elevadas temperaturas, combinadas con fuertes vientos que a veces alcanzan los 60 km/hora en el mar Egeo, han provocado incendios importantes desde hace ocho días.
En Francia, una región del sureste está bajo nivel máximo de vigilancia ante el riesgo muy elevado de incendios forestales, según el servicio meteorológico.