«Yo estoy muy enfermo del corazón, de la gastritis y de la úlcera, y si decís algo [de la violación], tu madre se puede morir o pasarle otra cosa y la única culpable serás vos» fue la amenaza que LTM, de 46 años hizo a su hijastra de 12 años la primera vez abusó de ella en su casa situada en un municipio al oriente de San Salvador y por lo que el Tribunal de Sentencia de San Salvador lo condenó a 17 años de prisión por el delito de violación en menor e incapaz agravada.
La niña relató que la primera agresión ocurrió el 21 de enero de 2019 cuando ella lavaba trastes en el patio de su vivienda y su madre andaba vendiendo. En ese momento llegó su padrastro y la llamó para que entrara a la casa, cuando ella ingresó el hombre la tomó fuertemente de los brazos, le subió la falda que vestía, y comenzó a tocarla, le bajó su ropa interior y «L» se bajó su calzoneta.
Ella narró a investigadores, que tras la agresión sexual sintió mucho dolor y su padrastro se fue al baño y desde ahí le advirtió que no le fuera a contar a nadie de lo que había pasado por que él estaba muy enfermo del corazón, de la gastritis y de la úlcera, y que, si ella decía algo, su madre se podía morir o pasarle otra cosa y la única culpable sería ella, por lo que decidió callar.
La víctima forma parte de las 494 niñas, entre 0 a 12 años, que de enero 2018 al 28 de julio de 2021 fueron violadas a escala nacional, así lo develan lo datos de la Dirección de Análisis, Técnicas de Investigación e Información (DATI) de la Fiscalía General de la República (FGR).
La amenaza del violador hacía la menor tuvo su efecto y 13 días después, el 3 de febrero, LTM la agredió nuevamente al momento que ella realizaba tareas escolares y su madre lavaba ropa. La niña manifestó que el hombre la llamó y pensó que quería que le ayudara con algo, pero cuando la menor se acercó el hombre le tapó la boca y abusó de ella. En ese instante la progenitora de la víctima vio que LTM estaba sobre su hija y comenzó a golpearlo.
Posteriormente la señora interpuso la denuncia ante la Policía Nacional Civil y el 4 de febrero detuvieron al imputado en flagrancia. Las estadísticas detallan que de 2018 a julio de 2021 capturaron a 125 presuntos violadores a escala nacional al momento de cometer el hecho.
El artículo 159 del Código Penal describe a la violación en menor e incapaz como «el que tuviere acceso carnal por vía vaginal o anal con menor de quince años de edad o con otra persona aprovechándose de su enajenación mental, de su estado de inconsciencia o de su incapacidad de resistir, será sancionado con prisión de catorce a veinte años».
Para la coordinadora de Niñez y la Adolescencia de la Dirección Nacional de la Mujer, LGTBI y otras poblaciones en condición de vulnerabilidad de la FGR, Madeline Ayala, en la mayoría de las violaciones de niñas sus principales agresores están en sus círculos más cercanos.
«El cometimiento de estos hechos son dentro de personas conocidas, cerca del círculo familiar ya sea consanguíneo o por afinidad: padres, abuelos, tíos, primos, cuñados, vecinos. Nos vamos a situaciones de confianza o superioridad, maestros, pastores, no hay un perfil, cualquier persona dentro de ese contexto», indica la fiscal.
Las estadísticas revelan que, del periodo investigado, el 2019 registró más violaciones con 149, en 2018 fueron 130, mientras que durante 2020 reportaron 130 y hasta el 28 de julio de 2021 habían ocurrido 79. San Salvador es el departamento que más agresiones acumula con 83, le sigue San Miguel (63), La Libertad (59), Santa Ana y Usulután con 46 respectivamente y Sonsonate (42).
En el caso de esta niña de 12 años su madre fue testigo de la violación y ella tuvo el coraje de avisar a tiempo a las autoridades. El agresor fue detenido, procesado y condenado, sin embargo, hay otros casos que las víctimas no denuncian por las amenazas vertidas por los violadores.
Ante esto, la fiscal Ayala manifiesta que los padres de familia deben tener buena comunicación con sus hijos y enseñarles que no deben callar tocamientos u otras agresiones de personas. Ella recomienda estar pendiente de sus hijos, de las acciones, síntomas y situaciones anormales.
«Sino quiere quedarse con alguien que lo cuide, no quiere acercarse a sus tíos, hay diferentes situaciones cada niño, cada adolescente demuestran diferentes situaciones o emociones acordes a una situación de abuso sexual, por ejemplo, orinarse en la cama, a vomitar, deprimido, situaciones muy particulares peor no todos reacciones de la misma forma» aconseja la representante del ministerio público.
FISCALÍA LOGRÓ 83 CONDENAS DE VIOLADORES
El ministerio público informó que de enero 2018 a julio de 2021 condenó a 83 violadores a escala nacional y dentro de los que incluye a LTM. El Tribunal de Sentencia de La Unión dictó 10 condenas en ese periodo, el de Usulután 6, San Miguel 5, mientras que Sensuntepeque y Santa Tecla lograron 4 respectivamente.
La fiscal Ayala explicó que las sentencias se obtuvieron por el buen uso de todos los instrumentos, el protocolo de atención legal y psicosocial y la guía para el uso de la cámara Gesell [donde les toman las entrevistas] que es relevante cuando las víctimas son niños.
«La investigación se realiza siempre bajo el enfoque victimológico, derechos humanos, derechos del niño, la Lepina. El interés superior del niño, tratamos bajo el uso del protocol reducir la revictimización y dar un abordaje especializado, no es lo mismo atender a un niño de 4 años a un adolescente, se emplea la técnica de acuerdo con la edad» indica.
Atención psicológica
Ayala explica que para la reparación integral es importante garantizar la rehabilitación psicológica, sobre todo de niñas, niños, adolescentes, mujeres y otras poblaciones en situación de vulnerabilidad, sin excluir a otras víctimas que la requieran.
«La atención especializada en psicología implica todo un proceso durante el cual se trabaja el Anticipo de Prueba Testimonial en cámara Gesell, testimonio en Vista Pública, presentación en audiencias y otras diligencias» dice.
Agrega que este proceso no se puede realizar en una sesión, dependerá de la dinámica emocional de cada persona, pues el abordaje se hace por áreas de impacto y eso conlleva en promedio de 10 a 12 sesiones terapéuticas. Detalla que quienes integran el área de psicología trabajan bajo los enfoques victimológico, de género, de protección integral a niñez y adolescencia, de diversidad e inclusión.