Después de dejar atrás la COVID-19, Israel Ticas, el reconocido criminólogo de la Fiscalía General de la República, ha retomado su trabajo para recuperar cuerpos de víctimas desaparecidas que fueron localizadas en cementerios clandestinos.
Durante una entrevista con «Diario El Salvador», Ticas, que es reconocido como «el ingeniero de los muertos», relató que en los 15 años que lleva en estos menesteres ha recuperado un estimado de 600 cuerpos. Su experticia es tal que, por la posición en que encuentra los cadáveres, Ticas sabe determinar de qué forma fue asesinada la persona, si se defendió o si defendió a otros, y a partir de las señales que tenga el cuerpo de una víctima femenina puede deducir si la violaron o de qué manera la mataron.
El experto en este tipo de excavaciones siempre se ha caracterizado por llevar un mensaje de aliento a las familias que acuden a estos sitios con la esperanza de encontrar los restos de parientes desaparecidos.
«Nunca hay que dejar de darles esperanza, porque los familiares de los desaparecidos viven de la esperanza», dice Ticas, quien comenzó en este oficio desde 2005, dejando de lado su profesión de informático.
El antropólogo forense asegura que ha habido una metamorfosis de quienes esconden cuerpos de personas asesinadas. En principio solo los tiraban en fosas comunes, luego comenzaron a utilizar fosas sépticas, túneles, e incluso los dejaban en cuevas o en los patios de las casas, donde ponían cemento con la idea de que nadie se diera cuenta.
Tras lo más duro de la pandemia, los equipos forenses del ministerio público han retomado las exhumaciones de restos en Santa Tecla, La Libertad, desde inicios de septiembre, según expresó el fiscal general, Raúl Melara. Y en octubre trabajaron para recuperar dos cadáveres en fosas clandestinas en Soyapango, específicamente en la colonia Amatepec.
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En ese sentido, el equipo de forenses, encabezado por Ticas, busca los restos de más de una veintena de personas que estarían en estas fosas clandestinas. De acuerdo con el fiscal general, hace unos días ordenaron capturar a 116 pandilleros de la MS-13 vinculados con la privación de libertad de 25 personas entre 2016 y 2019. Otro lugar del país donde los forenses realizan exhumaciones es el departamento de San Vicente.
El consuelo de los familiares de las víctimas
Uno de los más interesados en encontrar los cuerpos de los desaparecidos es Ticas, pues asegura que eso lleva tranquilidad a quienes mantienen una búsqueda incansable y desesperada por encontrar los restos de sus familiares.
«Siempre les hacemos ver que Dios hará el milagro y que un día vamos a encontrar los cuerpos de sus hijos. Dios hace el milagro y encontramos cadáveres también de los que no andamos buscando. Ese es un milagro que se le hace a una madre desesperada», expresó.
En julio de este año, cuando Raúl Melara brindó su informe de rendición de cuentas en la Asamblea Legislativa, la Fiscalía informó que, para atender el fenómeno de la desaparición forzada de personas, era necesario crear la Unidad Especializada para Casos de Personas Desaparecidas, y así investigar, dar seguimiento y resolver estos casos.
Más cuerpos de adultos
Según los datos que recopila la Fiscalía, este fenómeno sufrió un cambio, pues hasta hace un año los restos de las víctimas encontradas pertenecían a jóvenes, y desde 2020 el común de cuerpos localizados pertenece a adultos.
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Más allá de las estadísticas o de las circunstancias en que sucedió la desaparición, el criminólogo forense siempre pide a las familias angustiadas no perder la fe. «A un familiar de un desaparecido nunca se le dice: “Jamás vas a encontrar su cadáver o ya no lo busqués”», expresa Ticas.
Una de las zonas más representativas en la que los forenses de la Fiscalía realizaron varias exhumaciones fue en terrenos de la colonia Vista al Lago, situada en el municipio de Ilopango, donde pandilleros enterraron a sus víctimas en cinco sectores.
Solo en ese lugar fueron encontradas 20 osamentas, incluyendo los restos de dos militares que fueron entregados a sus familiares en septiembre de 2019. Eran cuatro los soldados que fueron privados de libertad, asesinados y enterrados en Vista al Lago en 2016. Los cuerpos de dos siguen desaparecidos.
De acuerdo con las autoridades, la práctica de matar y enterrar a personas en fosas clandestinas es propia de las pandillas, pues lo hacen para no dejar huellas que los impliquen.