La abogada sénior de Texas Civil Rights Project, Karla Vargas, que representa a la familia de la niña panameña de ocho años, que falleció el 17 de mayo bajo custodia de la Patrulla Fronteriza en Harlingen, Texas, solicitó una autopsia para determinar las causas de su muerte y dijo que está preparada para presentar una demanda si así lo desean los progenitores.
Vargas compartió al periódico Border Report que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés), a la que pertenece la Patrulla Fronteriza, no debería «encarcelar» a los hijos y señaló que la agencia tiene «problemas sistemáticos».
«Es muy desafortunado. La madre abogaba porque su hija recibiera atención médica. Dijo que no solo preguntó al personal médico, sino a los agentes», manifestó la defensora.
Anadith Tanay Reyes Álvarez presentó el día de su muerte dolor de estómago, náuseas y dificultad para respirar, pero no fue hasta la cuarta vez que el personal de CBP decidió enviarla de emergencia en una ambulancia.
La menor registró fiebre de máxima de 40.5 grados C un día antes, había dado positivo a influenza A y también documentaron el padecimiento de cardiomiopatía. Sin embargo, el personal no actuó de inmediato para un traslado al hospital.