Se considera la primera academia de alta costura en El Salvador, con veinte años de experiencia en el área textil y dedicada a la enseñanza.
Para las alumnas que son principiantes se ofrece un curso básico y está conformado por cuatro módulos: faldas, blusas, chaquetas y pantalón de mujer.
Según la gerente de la academia, Emma George, «dentro de cada módulo hay diferentes tipos de diseños. Por ejemplo, si vemos falta, la falda campana, con pliegues, la básica y así vamos avanzando poco a poco hasta hacer una más complicada en su diseño. Lo mismo sucede con las blusas, vemos todos los estilos de cuellos, de mangas, de escotes y todo lo que conlleva cortes, como el francés, enterizo, que eso ya se usa mucho para las chaquetas. En los pantalones tenemos el tipo skinny, palazzo. Es una enseñanza que dura seis meses».
UNA MISIÓN FAMILIAR
Emma, además de encargarse de la parte gerencial también es maestra y asegura que la enorgullece ver cómo las alumnas después de cada práctica se motivan y empoderan más.
La escuela se define integral ya que incluye diseño, patronaje y confección de prendas, objetivos que se ven cumplidos en cada una de sus participantes.
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Emma recuerda que este noble oficio lo aprendió de sus padres, hace 35 años, quienes en vida le encargaron que todos sus conocimientos fueran compartidos. Algo que ella y su hermana, Yamileth, cumplen.
Foto: DES/David Martínez
Entre hilos, tijeras y telas, además del sonido de las máquinas de coser, ambas hermanas siguen con su misión.
«Aparte de la técnica, también motivamos a todas nuestras alumnas a poder ser emprendedoras. Apoyamos mucho a la mujer, a que hoy en día, se conviertan en empresarias, que puedan abrir sus propios talleres, tiendas. De verdad que es una divinidad ver a cada mujer desarrollándose plenamente. Nosotras como maestras nos quedamos sorprendidas cuando vemos que lo que aprenden lo plasman en una prenda de vestir», dice Emma.
Antes de ser academia, las hermanas solo ofrecían talleres y maquila. «Lo seguimos teniendo, pero quisimos dejar un legado en el país y honrar a nuestros padres. Muchas veces nos quedamos con el conocimiento solo nosotros y no somos capaces de reproducirlo en otras personas, así que para nosotros lo importante es compartirlo con otros», continúa.
Foto: DES/David Martínez
APOYO FEMENINO
Las hermanas insisten en que su proyecto se enfoca en apoyar a las mujeres, incluso desde etapas muy jóvenes.
«La satisfacción más grande es que las personas aprendan que tengan una forma más de ingreso. Desde el principio, la idea es apoyar a la mujer y lo bonito es que este proyecto ha atraído a hombres también», comenta Yamileth George, administradora y directora.
Debido a la COVID-19, la academia debió suspender actividades; sin embargo, con la reapertura ha logrado que a la fecha sean 70 las mujeres que buscan en la costura y el diseño una forma de vida.
Las clases han vuelto a ser presenciales, siempre guardando las medidas de bioseguridad. Además, se han establecido varios horarios para cumplir con el distanciamiento. «El mensaje es que no dejen de soñar porque no importa la edad en la que decidan hacerlo, eso no debe ser un obstáculo. Los sueños se cumplen».