Hace unas semanas fui invitado a unos talleres impartidos por la máster de origen colombiano Maribel Colina, en un evento auspiciado por el Club de Leones los 44 de mi querida ciudad de Santa Ana, ejecutando el programa Lions Quest, que promueve un currículo del aula con lecciones de fácil manejo, capacitación docente de alta calidad y desarrollo de capacidades, apoyo para la aplicación de los componentes del programa en todo el ámbito escolar. Se entrega una serie de herramientas para crear un ambiente positivo en la escuela, se promueve la participación de todos los actores de la comunidad educativa, entre ellos, los padres de familia, y por ende, se involucra a toda la comunidad. En términos operativos y de aplicabilidad, se orientan los procesos al aprendizaje socioemocional, donde destacan temáticas como comportamiento positivo, acciones contra la intimidación, concientización sobre el no uso de drogas, alcohol y tabaco, aprendizaje por medio del servicio, elementos para la formación del carácter y erradicación del bullying.
Lastimosamente, no se logra una cobertura para todas las instituciones educativas del país, pero con lo que se hace se puede llegar a masificar, y ojalá las altas autoridades del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (Mineducyt) pongan sus ojos y se pueda institucionalizar este tipo de programas y proyectos que benefician directamente a nuestros niños, jóvenes y adolescentes.
La realidad de las organizaciones no gubernamentales (ONG) en nuestro país está plagada de malas experiencias, por consiguiente, es entendible que a las altas autoridades del Ministerio de Educación al principio les costó trabajo autorizar que este programa se ejecute en las instituciones educativas del país, hecho que al final se logró y que ahora es toda una realidad, ejecutándose a escala nacional.
Establezco el marco comparativo de Lions Quest con el rol que muchas ONG han venido desarrollando en nuestro país, las que ahora son motivo de investigación, por medio de una comisión especial desde la Asamblea Legislativa, y que en coordinación con la Fiscalía General de la República buscan las pruebas para penalizar las malas administraciones de dineros del erario público, que fueron a parar a cuentas de estas organizaciones, y lo peor es que nunca rindieron informes del manejo de dichos dineros públicos.
En este marco surgen iniciativas muy bien trazadas y con el supremo interés de llevar beneficio directo a nuestra población, con la única intención de servir y sin recibir nada a cambio, sin recibir subvenciones del Gobierno salvadoreño, solamente la autorización o el permiso para llevarles beneficio a nuestros jóvenes estudiantes, quienes serán los agentes multiplicadores de lo aprendido, enmarcado en una cultura y una pedagogía para la paz y formación de un carácter de servicio.
Lions Quest es un programa preventivo, reconociendo, para el caso salvadoreño, que muchos niños, jóvenes y adolescentes provienen de comunidades a las que se las estigmatizó por el fenómeno de la violencia derivado de las pandillas que tanto daño le hicieron a nuestro país, y que ahora, con la implementación del Plan Control Territorial y con el andamiaje jurídico de los decretos de regimen de excepción, se respira en nuestro país un ambiente de seguridad ciudadana que no teníamos, o que quizá nunca tuvimos; sin dejar de mencionar la entrega y el compromiso de los docentes que forman parte del programa Lions Quest, que con su entrega y compromiso logran impactar en el sentido positivo a las comunidades educativas (padres, madres, estudiantes y personal docente), a efecto de promover nuevas acciones que conlleven a establecer las bases de la sociedad que estamos todos construyendo. Lions Quest ahora se convierte en un pilar importantísimo.
Cómo hubiésemos querido que los dineros que gobiernos anteriores, con las millonarias subvenciones que dieron a ONG de fachada, se les hubiesen asignado a instituciones como los Clubes de Leones, que por medio de su programa Lions Quest están llevando enormes beneficios a nuestros niños, jóvenes y adolescentes. Otra sería la historia.