Un grupo de ecologistas arrojó sopa de guisantes este viernes a una pintura de Vincent Van Gogh expuesta en un museo de Roma, sin llegar a dañarla, como gesto de protesta ante la pasividad de la comunidad internacional por el cambio climático.
«El sembrador», una obra de 1888 del artista holandés que representa a un agricultor sembrando su tierra bajo un sol poniente, estaba protegida por un vidrio, por lo que no sufrió daños durante el ataque, informaron fuentes oficiales.
«Mi nombre es Laura y he decidido sumarme a las diferentes series de acciones que se están llevando a cabo estos días en distintos países porque soy plenamente consciente de que nadie y de ninguna manera se está haciendo cargo de la catástrofe medioambiental que estamos viviendo», explicó una de las tres jóvenes activistas que llevaron a cabo la acción, del movimiento «Última Generación».
«Estamos asistiendo a un colapso global en la indiferencia total por parte de los gobiernos», gritó sentada ante la célebre pintura.
El grupo anunció «más acciones no violentas» en todo el mundo hasta que los ciudadanos obtengan respuestas de su gobierno sobre sus llamamientos a detener el uso de gas y de carbón y a invertir (para generar) al menos 20 GW de energías renovables», escribieron en un comunicado divulgado sucesivamente.
«Se trata de una acción infame que hay que detener y condenar», reaccionó por su parte el nuevo ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, quien advirtió que se trata de acciones que pueden ser castigadas penalmente.
Según las imágenes, a las que tuvo acceso la AFP, la acción de las jóvenes fue condenada también por los visitantes a la exposición en el Palacio Bonaparte, con cerca de medio centenar de obras del genio neerlandés y organizada para conmemorar el 170 aniversario de su nacimiento.
«No se protesta así. Vergüenza. Basta», gritó uno de los presentes, indignado por el gesto, mientras agentes de las fuerzas del orden retenían a las tres jóvenes, al igual que a una fotógrafa que se encontraba en el lugar.
Militantes ecologistas han organizado acciones espectaculares de ese tipo en varios países de Europa contra pinturas importantes realizadas por maestros de la talla de Leonardo da Vinci, Claude Monet, Vermeer y Van Gogh.
En octubre pasado, el grupo Just Stop Oil! arrojó sopa de tomate sobre los «Girasoles» de Van Gogh en la Galería Nacional de Londres.
La pintura, que también estaba protegida por vidrio, no sufrió daños.
«Todo lo que tendríamos derecho a ver en nuestro presente y en nuestro futuro está siendo oscurecido por una catástrofe real e inminente, al igual que esta sopa de guisantes ha cubierto los campos y la casa del campesino», lamentaron en su comunicado las jóvenes, al referirse a los paisajes luminosos y con vibrantes naturalezas del principal exponente del postimpresionismo.