La hinchada no vestía de luto, sino de amarillo y azul, pero todos sabían que Limeño agonizaba y que lo más seguro era que el triunfo sobre Metapán sería su última bocana de aliento en Primera, que necitaria de un milagro o moriria al final de la tarde. Pasó lo último, el monitor que controlaba los signos vitales de los cucheros se desactivó automáticamente con con la derrota de Chalatenango y Limeño es oficialmente el descendido.
Así, con más ganas que fútbol Limeño se volcó sobre la portería de Metapán y como premio se encontró con un gol tempranero que provocó un festejo de campeonato entre su público congregado en los graderios del Berríos.
La gotita de ilusión y que valió para calmar la sed del desierto llegó al 15′ y llevó la firma de Ramón Rodriguez que definió precisó frente al achique del meta Óscar Arroyo. De ahí en adelante el encuentro ofreció muy pocas emociones, pero la afición mantequera despidió a los sueños bajo un mando de aplausos en su ruta a la pausa del primer acto.
En el complemento entre el desgano del Metapán ya sin urgencias para desgastarse, volvió a ser el anfitrión quien llevó la iniciativa y generó las ocasiones de gol para incrementar la cuenta. La más clara la tuvo Rodríguez, pero su remate se estrelló en un zaguero calero y dejó a la afición con el gol en la garganta.
Los minutos finales, sabedor que el 1-0 valía obrar la victoria, Limeño se tiró atrás y colocó barricadas para defender el triunfo, mientras su afición clamaba por el final del encuentro. El festejo, sin embargo, alcanzó para unas horas: Santa Tecla ganó y le mostró el camino a Segunda a Limeño.