La creación de parte de Estados Unidos de una herramienta tecnológica para canalizar las peticiones de asilo de los migrantes en la frontera sur ha dado pie a estafas, según lo que han comprobado miembros de la organización humanitaria Al Otro Lado.
Falsos abogados están cobrando hasta $2,000 a los migrantes por el uso de un teléfono celular o de una traducción.
Otras personas se hacen pasar por miembros de la entidad que ofrece ayuda gratuita a los migrantes para llenar el formulario de la aplicación para teléfonos llamada CBP One, habilitada por el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, en inglés) desde el 12 de enero, con una nueva actualización que canaliza las peticiones de asilo, compartió a «Diario El Salvador» Nicole Ramos, directora de Proyectos de Derechos Fronterizos de Al Otro Lado.
Con esta App, diseñada para evitar que las personas se congreguen en la frontera, el Gobierno de EE. UU. busca que los migrantes en situación irregular de cualquier nacionalidad que se encuentren únicamente en el centro y norte de México puedan exponer su caso en la plataforma, llenen los requisitos y esperen una respuesta que tarda hasta 14 días y así conocer si han sido seleccionados a una excepción del Título 42.
Los oficiales de la CBP son los encargados de considerar los criterios de vulnerabilidad y, si así lo determinan, los migrantes podrán programar una cita para presentarse en los puertos de entrada terrestres de la frontera sudoeste y solicitar asilo a Estados Unidos.
Los puertos de entrada que aprueba CBP One están en Nogales, Arizona; Brownsville, Eagle Pass, Hidalgo, Laredo y El Paso, en Texas, y Calexico y San Ysidro, en California.
Sin embargo, aunque la aplicación es gratuita y es promovida para «mejorar la seguridad en las fronteras» y «permitir el procesamiento seguro, ordenado y humano», a la organización Al Otro Lado ya le notificaron los primeros fraudes.
«Hemos escuchado que hay personas, supuestamente abogados, que están cobrando $2,000 para ayudar a los migrantes a acceder a la aplicación. La plataforma existe para evitar toda esa corrupción, pero la única forma de evitarla es que el Gobierno abra el proceso de solicitar asilo en los puertos de entrada, como antes. Hay personas que fingen tener acceso a nosotros», dice Ramos.
Para Ramos, la aplicación no representa más que otro reto para la población migrante, ya que está dirigida para un sector muy pequeño. Señaló los límites de idioma, ya que actualmente solo está disponible en versión inglés y español. «Los migrantes haitianos, indígenas o afroamericanos no pueden acercarse al puerto de entrada y tampoco pueden sacar una cita en línea», se refirió.
Otras de las limitantes que expuso son tener un teléfono con cierto avance tecnológico para que el sistema reconozca la fotografía que los migrantes tienen que enviar, el acceso a internet, el no saber leer o escribir y chequear el sistema a diario hasta que haya citas disponibles, como pasó el 12 de enero, cuando el sistema rechazó a quienes intentaron ingresar con un mensaje de citas disponibles hasta el 19 del mismo mes.
«El Gobierno [de EE. UU.] sabe que no es suficiente [la aplicación], que hay miles de migrantes que ni hablan español ni inglés, que no tienen celular ni tienen la capacidad de navegar, ni la tecnología. No solo es insuficiente, es ilegal, porque están pidiendo que los migrantes esperen en una fila por un tiempo indefinido para poder acercarse al puerto de entrada», manifestó.
El Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NIJC, en inglés) denunció que, según las leyes estadounidenses e internacionales, las personas no necesitan citas ni acceso a la tecnología para solicitar asilo.
«Decirles a los solicitantes de asilo que usen la aplicación para efectuar una inspección los obliga a someterse a la vigilancia y la recopilación de información digital. También crea un sistema de procesamiento por niveles que favorece a aquellos que pueden usar una aplicación o esperar su cita», divulgó.