«Hasta el momento se confirma el fallecimiento de 18 privados de libertad, tras los enfrentamientos registrados desde el sábado en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil. Además 11 personas (incluido un policía) resultaron heridas», señaló la Fiscalía en su cuenta de Twitter.
En principio, el organismo que administra las prisiones (SNAI) había reportado el sábado «tres heridos leves» por un incidente en esa cárcel, también conocida como Guayas 1.
Para el domingo, la entidad confirmó un enfrentamiento entre bandas criminales dentro de la prisión e informó de seis muertos y 11 heridos.
Este martes un contingente de 2.700 uniformados, entre militares y policías, ingresaron a la penitenciaría para retomar el control. La intervención se dio en el marco de un estado de excepción declarado en todo el sistema penitenciario por 60 días.
«El Estado pone orden en la Penitenciaria del Litoral porque la fuerza coercitiva jamás se doblegará», escribió el presidente Guillermo Lasso en su cuenta de la red social X, antes llamada Twitter.
El mandatario incluyó en su mensaje fotografías en las que se observa uniformados fuertemente armados que custodian a decenas de presos en un patio. Los reclusos aparecen con el torso desnudo, unos sentados y otros acostados boca abajo, y con las manos atadas.
Las autoridades no han informado sobre la situación de 96 guías penitenciarios retenidos en cinco cárceles a raíz de los choques en la Guayas 1. Tampoco han mencionado a los presos que se declararon en huelga de hambre en 13 centros.
Incendio, armas y un decapitado
Desde febrero de 2021, las prisiones ecuatorianas son escenarios recurrentes de matanzas que dejan más de 420 reclusos asesinados y una estela de terror con cuerpos decapitados e incinerados.
Las bandas criminales han convertido a las cárceles en sus centros de operaciones. Allí se disputan el control del territorio para el narcotráfico, un mal creciente en Ecuador.
Afuera de la cárcel, un centenar de familiares de los reclusos esperaban noticias. Ambulancias y vehículos de la unidad de criminalística ingresaron al centro carcelario, constató un periodista de la AFP.
El documento del estado de excepción en el sistema penitenciario relata el horror de los enfrentamientos del domingo. Ese día hubo un «incendio», el «uso de armas de fuego» y la «decapitación de una persona privada de la libertad».
El ingreso de militares a la cárcel Guayas 1 se dio durante la madrugada.
«La misión es poder restablecer el orden en este centro de privación a fin de precautelar la vida, la salud, la seguridad de las personas privadas de la libertad», declaró más temprano a la prensa el general Nelson Proaño, comandante general de las FFAA.
Agregó que las explosiones escuchadas en la zona fueron producto de «detonaciones realizadas por los grupos de élite de las Fuerzas Armadas precisamente para poder tomar el control de los ingresos».
De acuerdo con Proaño, un militar resultó herido a causa de una esquirla.
Un reciente censo estableció que en las 36 cárceles locales -con capacidad para unas 30.000 personas- hay una población de 31.321 presos. La mayoría fueron detenidos por narcotráfico.
En el país hay apenas 2.897 guardias penitenciarios, que trabajan por turnos.
Un comité de pacificación creado por el gobierno del presidente Guillermo Lasso tildó el año pasado a las cárceles ecuatorianas de «bodegas de seres humanos y centros de tortura».
Ubicado entre Colombia y Perú, los principales productores mundiales de cocaína, Ecuador lleva decomisadas 455 toneladas de drogas desde que Lasso asumió, en mayo de 2021. Ese año se registró el récord anual de incautaciones de estupefacientes, unas 210 toneladas.