Para Alfredo José, el Día del Padre no es una fecha cualquiera. En su casa la celebran con toda pompa. No es para menos, son 20 sus herederos y varios de ellos han seguido sus pasos dentro del entretenimiento.
Siendo todavía un adolescente, se convirtió en padre por primera vez, y aunque no estaba en sus planes ser un papá tan pronto, sí procuró estar cerca en todo momento. Además de la paternidad, su pasión por la música jamás lo abandonó e intentó, como él mismo dice, «hacerse notar».
«Yo comencé cantando cumbias, empecé en una orquesta cuando estaba estudiando tercer ciclo, en San Vicente. Después de eso, cuando me vine a San Salvador, siempre tratando de salir adelante, seguí cantando en orquestas de cumbia, pero como todo joven me metí también a cantar rock y estuve con Grupo Macho y Grupo Hierro, dos agrupaciones muy famosas; por cierto, con Grupo Macho abríamos los espectáculos cuando venía Menudo. Éramos los teloneros», recuerda con el humor que lo caracteriza.
Tras aquellas incursiones grupales, decidió ser solista cantando música pop. «Grabé dos éxitos y hubo uno que fue canción del año, se llamaba “Pensamientos locos”. Había otro que se llamaba “Se me enreda en el pelo”, que fueron éxitos juveniles».
Luego regresó a la cumbia como integrante de la Orquesta Jiboa, con la que grabó la mayoría de los éxitos, como «La viroleña» y «Canto a mi ciudad».
UN ESPÍRITU MUSICAL INQUIETO
Quería hacer más, es por eso por lo que formó una sociedad con un amigo de Santa Ana y conformaron Alfredo José y Café Latino, pero años más tarde decidieron separase. «En ese descanso [a inicios de los años noventa] me fui a Estados Unidos y visité discotecas en Miami, Boston, Washington, y yo miraba que bailaban solo salsa y merengue, pero en El Salvador funcionaba solo la cumbia; entonces, la idea mía era hacer algo diferente», comenta.
Y sobre la fundación del grupo con el que ha cruzado fronteras, afirma: «Es así como en 1992 empecé con La Colección, cuando todavía no sonaba merengue, esto insistiendo. Gracias a Dios me pegó un tema, “Oye, nena”, y detrás de esa ya se me fueron todas. Grabé “El canario”, “Quiero que bailemos”, “Dame, corazón”».
La Colección también es reconocida como «la escuela de todos» debido a que no solo sus hijos la han integrado, sino también otros talentos han desarrollado sus habilidades en ella.
«El primero que se metió al grupo fue mi hijo mayor, José Alfredo, pero él no cantaba, sino que era percusionista», dijo. Después, otros hijos de José Alfredo se han sumado a La Colección para luego formar sus propias agrupaciones.