Nueve años han pasado desde que Marcelo Alemán, CEO de Digicel, se convirtió en padre, un acontecimiento que le cambió la vida y lo sacó de la rutina.
«El día que mi hijo Santiago nació, que lo vi por primera vez, me di cuenta de que ya no había nada más importante en la vida. Ahora él es el centro de atención. Cualquier decisión que hemos tomado con mi esposa siempre ha sido pensar qué será lo mejor para él», comentó Alemán en una entrevista con «Diario El Salvador».
El ejecutivo es originario de Bolivia, pero durante muchos años vivió en otros países, entre estos, la República Dominicana, Haití, África, Ruanda, Tanzania y México, en donde trabajó siempre en el sector de las telecomunicaciones.
Ahora reside el Pulgarcito de América, que desde un principio le robó el corazón y donde ha crecido Santiago, quien lo conoce como su hogar.
De hecho, el ahora salvadoreño de corazón relató una anécdota que vivió durante un viaje al extranjero junto con su hijo y que nunca olvidará. «Cuando nos preguntaron si toda la familia era de Bolivia, de inmediato Santiago respondió que no, que él era salvadoreño. Yo pensé que me iban a pasar al cuartito para interrogarme», dice entre risas.
Santiago y su padre tienen gustos diferentes: a uno le gusta el básquetbol y al otro el fútbol; sin embargo, padre e hijo se complementan y comparten tiempo de calidad en diferentes actividades, como andar en bicicleta —una de sus preferidas—.
Otra de las actividades que más disfrutan es la cocina, pues comparten el gusto por las hamburguesas, las pizzas, las pastas, las pupusas, entre otras.
Para Alemán estar al frente de una de las teleoperadoras más importantes del país no le impide cumplir sus tareas familiares, en especial la de padre.
Por supuesto que no siempre es fácil, pero la tecnología le permite estar siempre conectado con sus seres queridos.
En cuanto al impacto de la pandemia en la familia, el boliviano considera que el efecto de la pandemia ha sido duro para los niños, pero también ha sido bueno para las familias porque les ha hecho compartir más y, en su caso, le ha permitido compartir más con su hijo.
«Ahora que mi hijo está en clases presenciales y yo trabajando en la oficina ya no pasamos tanto tiempo juntos. Santiago me dice que me quede en casa, que igual puedo trabajar desde acá. Es difícil explicarle», dijo.
Actualmente, Marcelo lo único que desea es que el pequeño Santiago sea feliz, estudie, decida qué quiere ser en la vida, que sea un niño sano y que disfrute su niñez en un país que es el suyo, porque lo adoptó con el corazón.
«De todos los países en los que hemos estado y vivido, El Salvador es el que más nos atrae, nos gusta, porque es donde nació y creció mi hijo. Es lo que a él le encanta y piensa que es su hogar».
Marcelo Alemán, CEO de DIGICEL.