Durante la vida, se enseña a las personas a querer y a respetar a los demás para ser tratado de la misma manera, pero ¿cómo se puede amar a otros cuando no se ha logrado amarse uno mismo?
Y aunque muchos se respondan «yo sí me puedo amar», es importante saber si en realidad se está haciendo o solo se cree cumplirlo. Para ello, es necesario conocer el significado de amor propio y autoevaluarse.
Rebeca Orellana Urías, psicóloga en terapia racional emotiva y cognitivo conductual explica el concepto.
«Amor propio es un estado mental que va surgiendo a medida que hacemos cosas por nosotros mismos. Las personas piensan que es cuidarnos y consentirnos, pero en realidad es que nosotros apreciemos lo que hacemos y que valoremos lo que somos», detalla.
El amor propio no es algo con lo cual se nazca o crezca conforme el tiempo pasa, sino que aparece o se empieza a cultivar según sea necesario, y que en su momento sirve para tener fortaleza ante desafíos ya sean pequeños o grandes.
«El amor se va haciendo más propio cada vez que yo hago acciones que me ayuden a madurar, por ejemplo, el tomar acciones de manera inteligente, el mantener mis opiniones o mis posturas, el poner límites en mis relaciones. No es algo que vamos a comprar, es algo que se vuelve un hábito de vida, que al probarlo prácticamente tú ya no puedes dejar de amarte, y no permites que otras personas no te den el amor que tú misma te estás dando», explica la experta.
Quererse, valorarse y respetarse sigue siendo una asignatura pendiente para muchos, pero cuando se toma la decisión de hacerlo el ingrediente principal es autoconocerse, añade.
«Cuando tú quieres empezar a amarte a ti misma, lo primero que debes hacer es aprender a conocerte, a estar consciente y atenta de lo que tú deseas, de lo que quieres y piensas. Por ejemplo, si yo estoy en una relación tóxica dejo en evidencia la falta de amor que me tengo, porque en una relación el amor primordial que debo tener es hacia mí misma y luego hacia la pareja. Allí empiezas a valorar lo que realmente haces y lo que realmente sos».
En la necesidad de querer amarse a uno mismo, uno de los errores que se cometen es confundir el amor propio con el egocentrismo o la autoestima elevada, que sí bien los tres tienen similitudes, el primero evita que tú veas de menos a las otras personas.
«Hay una estrecha brecha entre el amor propio y el egocentrismo o la autoestima elevada. Cuando una persona se ama, desea tanto que los demás se empiecen a amar como ella lo ha hecho, eso es la diferencia. En el amor propio he aprendido amarme tanto a mí, pero pienso en los demás y cómo ellos pueden amarse también», señala.
Otra confusión muy frecuente es pensar que si hay una buena imagen física, hay amor; pero es un concepto erróneo, porque «cuando alguien se ama, tiene cuidado para nutrir su alma, su mente, su cuerpo y todo su ser. Invierte tiempo de calidad en el bienestar psicológico, emocional y personal», agrega.
Para aprender amarse no es necesario buscar la ayuda de expertos en el tema, pero se debe prestar atención a hechos que sean frecuentes en la vida.
«Dependiendo los años que se tenga, si yo he visto que soy una persona que tomo malas decisiones, siempre caigo en círculos viciosos, ya sea amistades disfuncionales o parejas disfuncionales. Si considero que en muchas ocasiones no me ha ido bien porque no sé cómo realizar acciones por mí misma, entonces allí es necesario la ayuda profesional para que se desarrolle un plan de autoestima saludable», indica la psicóloga.
En conclusión, el amor propio tiene una visión más profunda que ayuda a las personas a ser compasivas y disciplinadas. Cuando el sentimiento se ha desarrollado de manera adecuada no hay espacio para debilidades o eventos donde se pierda la integridad como persona, y si llegase a pasar, el amor hace que se supere y se siga luchando por las metas y por el bienestar propio.
El límite también es parte del amor propio
Un «me lo merezco» de vez en cuando está bien, pero si ya es una frase recurrente para tratar de llenar alguna necesidad superficial es momento de ponerse un límite. «Es importante también que actuemos en función de nuestras necesidades, para que nuestra mente no nos maneje y nos haga llegar a esos deseos falsos que tenemos», relata la psicóloga Rebeca Orellana Urías.
Dentro de los límites se exhorta a utilizar de respuesta el «no».
«Es importante porque hay personas que por amabilidad o educación se relegan a sí mismas y siempre dicen sí a los demás, sin saber que están atentando contra su propio amor por no ponerse como prioridad. Es importante interponer límites para que no sientas que te faltas el respeto a ti mismo», recomienda.