Analistas y profesionales de las ciencias políticas y de la sociología consideran que El Salvador no es un Estado antidemocrático ni dictatorial, como afirma la oposición política, pues no existe un partido político único ni el Gobierno ha cancelado a alguno, lo que les da a los salvadoreños la posibilidad de escoger libremente de entre una diversidad de ideologías al momento de acudir a las urnas a elegir a sus funcionarios de elección popular, como ocurrirá el próximo año, fortaleciéndose así la democracia salvadoreña.
«En una dictadura no tenés partidos políticos de distintos colores y pensamientos ideológicos, pues solo hay un único partido político, porque se cancelan los existentes, y eso no ocurre en El Salvador», afirmó el analista político y sociólogo Mauricio Rodríguez.
Óscar Peñate, doctor en Ciencias Políticas, coincide con Rodríguez al indicar que en un Estado no democrático y con un régimen dictatorial los ciudadanos no tienen un abanico de institutos políticos con pensamiento de izquierda, derecha o conservador, como sí ocurre en El Salvador, donde hay 13 partidos llamados a participar en las elecciones generales de febrero y marzo del año venidero, con siete de estos que ya presentaron las solicitudes de inscripción de sus respectivas fórmulas presidenciales.
Por su parte, René Martínez, sociólogo y analista político, señala que «en términos políticos no puede haber dictadura en un régimen electoral que permite la inscripción de siete partidos políticos con sus respectivas fórmulas».
Los tres profesionales describen que en los sistemas dictatoriales y gobiernos antidemocráticos existe un solo partido político, los demás se cancelan; los dirigentes políticos de oposición sufren persecución y encarcelamiento, no se pueden expresar libremente las ideas y los pensamientos.
Peñate sostiene que las siete fórmulas presidenciales para el próximo año muestran «el abanico donde están la derecha y la izquierda representadas en los partidos políticos que participarán».
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) cerró el pasado 26 de octubre el período de inscripción de los candidatos a presidente y vicepresidente de la república, un proceso democrático en el que participaron Nuevas Ideas, ARENA, FMLN, Nuestro Tiempo, FPS, PAIS y Fuerza Solidaria.
Guillermo Wellman, magistrado del TSE, calificó de «fantástico» que en El Salvador siete partidos políticos se apresten a participar en las elecciones presidenciales del 4 de febrero próximo.
«Me parece fantástico que hay interés en participar. La elección no debe ser vista como un argumento para atacar al Tribunal Supremo Electoral; la elección debe ser vista como una verdadera fiesta cívica electoral. Hay que mantener la democracia», afirmó.
El magistrado electoral agregó: «Si hay siete solicitudes estamos diciendo que el pueblo quiere participar, que tiene opciones y que el sistema de partidos políticos está funcionando».
Para las elecciones de diputados de la Asamblea Legislativa, gobiernos municipales y diputados del Parlamento Centroamericano el abanico es más amplio, pues participarán —solos o en coalición— los 13 partidos inscritos ante el TSE, incluyendo, además de los ya mencionados, a GANA, PCN, PDC, VAMOS y CD.
Rodríguez, Peñate y Martínez también recuerdan que en El Salvador la única vía para «hacer desaparecer un partido político» es cuando el pueblo le da su rechazo al acudir a las urnas a expresar su voluntad.
La Ley de Partidos Políticos establece como causal de cancelación, entre otras de tipo administrativo, cuando un partido no gane ningún diputado de la Asamblea o cuando no obtenga como mínimo 50,000 votos emitidos a su favor.
Los tres analistas sostienen, además, que la gama de partidos políticos existentes también «fortalece el sistema político democrático que existe en el país», el cual se consolida con «el acceso libre» que los dirigentes y candidatos tienen en los medios de comunicación, a través de los cuales expresan libremente sus pensamientos.
Peñate también esgrime otro argumento para descartar que en El Salvador exista dictadura o actores antidemocráticos que busquen lacerar a los institutos políticos: la libre circulación de estos en el territorio nacional.
«Todos estos partidos políticos de oposición tienen una libertad de circulación al 100 % en el territorio nacional dentro de su campaña política», manifestó Peñate.
El Salvador reafirmó su compromiso con la democracia a finales de julio de este año, cuando los militantes de partidos políticos de oposición desarrollaron elecciones internas —en diversas modalidades— en un clima de libertad y tranquilidad para elegir a sus candidatos a presidente y vicepresidente de la república, diputados de la Asamblea Legislativa, gobiernos municipales y diputados ante el Parlamento Centroamerica- no (Parlacen), con sede en Guatemala.
Además, los tres profesionales de las ciencias políticas y sociales sostienen que en El Salvador no hay persecuciones de ningún tipo, ni encarcelamiento de dirigentes políticos por difundir su pensamiento ideológico o criticar al Gobierno, acciones que sí son registradas en otras naciones.