«¡Qué bárbaro!», dijo el presidente de Águila, Alejandro González, en tono de felicitación al meta Benji Villalobos. Al pope emplumado, al igual que la hinchada naranja bajaron al engramillado para festejar un triunfo que ya estaba pronosticado.
Limitado de herramientas, los fogoneros llegaron al Juan Francisco Barraza a hacer la cacha y con el sueño de lograr una hazaña, pero su rival y afición estaban convencidos que una vez iniciados los 90 minutos solo sería cuestión de tiempo.
«No hubo ningún secreto, todo estaba claro. Águila en su casa se tiene que hacer respetar. Sabíamos, con todo respeto a Jocoro, que nominalmente somos un equipo muy superior», dijo Andrés Quejada, capitán de los migueleños y autor de uno de los tantos. «Lo teníamos que demostrar y quedó demostrado. Fuimos un 80% más, tuvimos muchas ocasiones de gol, muchas llegadas», agregó.
Nicolás Muñoz, artillero de Águila y campeón goleador del torneo también concluyó en que el fútbol hizo justicia para con su equipo. «El fútbol no siempre es justo, pero hoy ha sido justo con nosotros y con buen fútbol y el buen resultado estamos en la gran final», celebró.
Yuvini Salamanca, capitán de Jocoro, dijo que al final les pasó factura el no tener un plantel amplio para oxigenarse, pero que se van satisfechos con lo conseguido en el torneo pese a las circunstancias.
«Sabíamos que aquí no iba ser nada fácil y al final no se pudo lograr el objetivo. Lógico nos vamos tristes, pero el trabajo que se ha hecho en el torneo fue bueno», expresó.