La jaula se abre lentamente y un animal empieza a salir. Se trata de la liberación de un tepezcuintle en un Área Natural Protegida (ANP) en el occidente del país. Los primeros pasos del animal en la hierba y la tierra son cautelosos y lentos, pero unos segundos después, camina con más confianza, como si recordara que está nuevamente en su hogar. Luego se adentra en el bosque y los técnicos que lo liberaron regresan por la jaula. Su trabajo ha terminado.
Este ejemplar fue recuperado en la clínica veterinaria del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), donde fue llevado después de ser atacado por unos perros que le causaron heridas profundas en su costado derecho. El animal recibió atención médica y los cuidados pertinentes durante varios días, hasta que sus heridas cicatrizaron y los médicos determinaron que podía regresar al bosque.
Esa misma mañana también fueron liberados un tacuazín y un cusuco, que la Policía Nacional Civil (PNC) decomisó. Ambos animales inmediatamente después de que se abrieron sus jaulas caminaron rápidamente hacia la vegetación cubierta por las hojas de los árboles para buscar comida.
Para liberar a un animal silvestre, los técnicos siguen algunos parámetros; uno de los principales es que en la zona se encuentren varios ejemplares de la especie, que haya alimentación suficiente y agua. «Se elige un hábitat donde lo podemos liberar porque sabemos que hay más de su especie.
Ellos se van a integrar con las manadas. Siempre camino adentro del bosque para dejarlos, para que se quede alejado de la gente. Otros aspectos que evaluamos es que haya agua y comida cerca», dijo Jorge Bautista, guardarrecurso del área.
Después de la liberación, los guardarrecursos permanecen pendientes de los animales, para conocer cómo se fueron adaptando al ecosistema.