Ante una oleada de tiroteos mortales y sangrientos ajustes de cuentas, Suecia decidió el miércoles endurecer las penas de cárcel para los jóvenes entre 18 y 20 años que integran las pandillas de delincuentes.
El anuncio llega después de que dos niños de 5 y 6 años resultaran heridos este fin de semana por balas perdidas durante un tiroteo en Visattra, un barrio del sur de Estocolmo.
En caso de crímenes graves (asesinatos, homicidios involuntarios, violaciones, robos, crímenes con arma de fuego), será suprimida la reducción de pena cuando los autores tengan entre 18 y 20 años, y se podrá incluso solicitar la cadena perpetua, anunció el ministro de Justicia, Morgan Johansson.
«Queremos poner el foco en los crímenes cometidos por personas que lo hacen de forma sistemática y que tienen una forma de vida criminal», declaró en rueda de prensa.
«Una cosa es tener una situación en la que un chico le da una paliza a otro en la cola de un bar, sin antecedentes penales, pero algo diferente es cuando los jóvenes roban de forma sistemática a otros jóvenes, o peor aún, cuando cometen asesinatos por encargo», dijo el ministro.
Suecia sufre desde hace años el auge de las bandas criminales, los tiroteos y las venganzas, unos fenómenos que han conmocionado a un país conocido durante décadas por sus bajos niveles de delincuencia y de delitos de sangre.
Suecia duplica en estos momentos los índices de asesinatos por arma de fuego de países del Este o de Italia, según un informe del Consejo para la prevención de crímenes sueco publicado en mayo.
En un país con poco más de 10 millones de habitantes, se contabilizaron el año pasado más de 360 incidentes con armas de fuego, con 47 muertos y 117 heridos. Un nivel récord, según la policía, y unas cifras que suponen el doble que hace 10 años.
La mayoría de las víctimas y condenados son jóvenes de menos de 30 años.
Entre los incidentes hay desde asesinatos por encargo hasta el uso de granadas o coches bomba.
