Alfredo José se le llena el pecho de orgullo cuando se trata de hablar de sus hijos. En el mes del padre, comparte con «Diario El Salvador» por qué ser un padre de numerosos hijos se ha convertido para él en su mayor bendición.
Unos han sido músicos, igual que él, y otros han preferido seguir otros caminos profesionales, pero finalmente hay algo que los une: la amistad.
¿Cuántos hijos?
Veinte.
¿A qué edad se convirtió en padre?
Mi primer hijo fue José Alfredo Jiménez, tiene 44 años y vive en Estados Unidos. Tengo 17 nietos. Cuando me convertí en papá tenía 18 años, estaba estudiando bachillerato. Mis hijos son mi bendición.
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¿Cómo describe a sus hijos?
Soy el padre más feliz del mundo porque todos me han salido buenos hijos. Todos me han salido trabajadores, en la rama que ellos quieran estar o en la que mejor se han desempeñado. Creo que ese es el orgullo de un padre: saber que sus hijos andan en buenos pasos. Unos han seguido mis pasos [dentro de la música] y otros en carrera profesional. Esa es parte de mi felicidad.
¿Cuál es el momento que usted recuerda más con ellos?
Los días de mi cumpleaños. Hemos reunido a 10, porque reunirlos a todos solo cuando eran pequeños, ahora cada uno está con sus compromisos, unos están en Estados Unidos, Europa, otros acá, en El Salvador. Aparte de ser su papá, soy su amigo.
¿Cómo ha logrado desarrollar ese vínculo de amistad?
Tengo una virtud y esa es que puedo hablar con mis hijos, aconsejarlos. Si yo hago algo malo, les digo “esto no lo hagan, porque por experiencia no lo tienen que hacer”. Fui un papá estricto cuando estaban pequeños, para que todos trataran de salir adelante. Qué mejor amigo que yo para darles un buen consejo y que tengan una medida en la vida.
Javi Jiménez: Creo que somos amigos los que estamos más cerca de él, por el aspecto que nos da confianza y no nos esconde nada. ¿Qué es lo que más disfruta de ser papá, además de verlos crecer? Lo que más disfruto es el cariño de ellos, el amor. Yo a todos los amo por igual, pero hay unos que son más cariñosos conmigo. Ahora bien, quien me busca me halla [ríe].
¿Cuál es la anécdota más divertida que recuerda con ellos?
Un día me los llevé a comer pizza y cuando ya veníamos de regreso la mamá me pregunta “¿y el niño?”, y le digo: “¿No lo traés vos?” ¡Y qué va! El niño en la pizza lo habíamos dejado.
Fátima Calderón: Mi papá se manejaba en un microbús, y cuando salíamos a la playa o algo, donde íbamos todos, siempre tratábamos la manera de llevar audífonos, porque mi papá ponía la música más viejita, tipo los Bee Gees, Chicago, Donna Summer…
¿Cómo ha sido tener a algunos de sus hijos en La Colección?
La exigencia en un grupo se da. Tenés a uno bueno en el grupo y el otro no se quiere quedar atrás.
Alfredo hijo: Mi papá siempre nos trataba como a un empleado normal, no tenía preferencias.
Alfredo José: Lo hice así para que tuvieran personalidad y cuando alguien les dijera algo no se intimidaran. Los hice personas fuertes.
Fátima Calderón: Nos hizo madurar bien rápido. Él nos ha trasmitido mucho conocimiento. No nos pone las cosas fáciles, te enseña que, si quieres algo, tienes que ganártelo.
¿Cuáles consejos les ha dado?
Javi Jiménez: El que no arriesga no gana.
Fátima Calderón: Nunca decirle no a nada. A un medio [de comunicación], por ejemplo, nunca podemos decirle “no tengo tiempo”. Nos enseñó que si un medio nos dice hora y fecha, ese día tenemos que estar ahí. Mi papá realmente nos exige demasiado.
Alfredo José: Eso si quieres llevar una vida de artista, porque si no tienes el medio, cómo lo vas a hacer. Es la ventana para que te vean. Yo me siento muy orgulloso de mis hijos. Alfredo con su grupo La República, Javi con el grupo La Calle. Otra cosa que me ha gustado es decirles a mis hijos que pongan los pies en la tierra, que no porque grabaron un tema y les pegó ya no le van a hablar a nadie. Esto es una profesión, nunca terminas. Me siento feliz y orgulloso de mis hijos. Me han honrado como padre.
¿Cómo es la relación que sostiene con la madre de sus hijos?
De amistad, no hemos quedado mal.
¿Cuál es esa misión que considera que todavía le falta por cumplir?
Internacionalizar a un hijo. Ya estamos en pláticas por ahí para internacionalizar a uno de mis hijos y ya casi estamos.
¿Cuál ha sido ese momento en que su papá fue ejemplo de fortaleza?
Fátima Calderón: Él siempre nos dice “cuando hay trabajo, hay trabajo, y aunque uno esté mal el público no tiene la culpa”. Recuerdo que cuando falleció mi abuelo [Santos Heriberto Jiménez, conocido como Gardel], nosotros estábamos grabando un programa de televisión en Apopa y de ahí nos tocaba trabajar en Santa Rosa de Lima. En medio de la grabación llamaron para avisar que mi abuelo había fallecido. Entonces, fue un gran ejemplo para mí ver a mi papá llorando, secándose las lágrimas y saliendo al aire. De ahí hemos salido a trabajar a Santa Rosa de Lima y hasta que terminamos el trabajo, tipo 2 de la mañana, ya salió para la vela de mi abuelo. Fue un impacto y nos enseñó a ser fuertes.
Alfredo José: El público no tiene la culpa de lo que le pase a uno, y uno tiene que ser profesional.
¿Cuál es esa enseñanza que usted atesora de su papá?
Alfredo José: Él me dijo algo que siempre lo tengo bien presente: “Si tu mal tiene remedio, ¿de qué te afliges? Y si no tiene, ¿de qué te afliges?”. Si alguien viene y te dice que vivirás seis meses, disfruta los seis meses, y si te dicen que vivirás toda la vida, disfruta toda la vida. Simple.
¿En esta fecha tan especial, qué le diría si lo tuviera enfrente?
Alfredo José: Que lo amo y que es todo para mí.