El municipio de Chilanga, en Morazán, cuenta con una nueva ordenanza que el concejo aprobó recientemente que aborda la gestión integral del recurso hídrico en dicha localidad.
La normativa busca proteger de la contaminación y la deforestación las zonas de recarga hídrica en el municipio. Para ello, la ordenanza regula temas relacionados con la agricultura, la ganadería, la tala de árboles, la explotación del recurso, entre otros aspectos que se relacionan con resguardar este bien natural.
«La ordenanza regula, por ejemplo, que no se tire producto químico cerca de las fuentes de agua y quebradas; también que no se esté talando en las zonas de recarga hídrica, y un punto muy importante es que todas las juntas de agua que extraen recurso del territorio de Chilanga van a tener que crear un fondo ambiental, con este se van a planificar acciones en el territorio», señaló Noel Pérez, encargado de la Unidad Ambiental de Chilanga.
Adicional a esta regulación, también la alcaldía en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (Fiaes), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otras instituciones ejecutan iniciativas que buscan proteger dicho recurso.
Uno de los proyectos ambientales consiste en proporcionar incentivos económicos y en especie a los propietarios de terrenos para que protejan los bosques.
También se trabaja en cosechar el agua a través de la recolección de la lluvia, las obras de conservación de los suelos y la reforestación.