Cuando los últimos resultados electorales arrojaban mayoría para Nuevas Ideas en la Asamblea Legislativa y a escala municipal, las autoridades del resto de los partidos políticos intentaron mostrarse optimistas, pronunciando discursos sobre la «oposición fuerte» que ejercerían o que se convertirían en los «contrapesos». Iniciaba una crónica triste.
Ahora el panorama no es nada favorecedor ni para ARENA ni para el FMLN, que gobernaron El Salvador durante 30 años considerándose fuerzas políticas casi indestructibles. Pero los votantes decidieron darles una gran lección.
ARENA, con solo 14 diputados y apenas 35 comunas obtenidas, buscó sobrevivir al impacto manteniendo cohesionadas a sus bases territoriales y enviándoles mensajes de apoyo.
En un ejercicio de rastreo territorial, las bases del partido tricolor han confirmado a «Diario El Salvador» que en varios municipios y departamentos no hay reuniones formales, solo se limitan a conversaciones esporádicas entre los miembros.
Por ejemplo, en Ahuachapán, la dirección departamental de ARENA está bajo el mando de Mario Calderón, pero no hay reuniones programadas para abordar temas.
Miembros del partido expresaron que también se está perfilando como director departamental a Juan Alfredo Cornejo, quien actualmente se desempeña como regidor en la cabecera.
En este departamento occidental, el partido vio perder bastiones importantes en Apaneca, gobernada por 32 años, y en Atiquizaya, bajo su bandera por 18 años. Solo conserva dos comunas: San Pedro Puxtla y Concepción de Ataco, luego de que el reciente 23 de septiembre se conoció que Víctor Martínez, alcalde de Jujutla, renunciaba al partido.
Lo que ocurre en Santa Ana tampoco es alentador para ARENA; tras la debacle electoral, cambiaron su sede a una casa más pequeña, propiedad de un miembro del partido. En los departamentos de La Paz y San Vicente solo hay reuniones esporádicas para analizar la situación del partido.
Miembros areneros señalaron que existe desorganización y falta de liderazgo en las estructuras departamentales. En la zona oriental, ARENA ve que sus bases no tienen directrices para continuar.
Militantes de La Unión detallaron que cada líder municipal trabaja a su manera con sus bases, pero no hay un enlace con la dirección departamental respectiva y mucho menos con las autoridades en San Salvador.
Las renuncias de dos diputados (Carlos Reyes, de Cabañas, y Jorge Rosales, de La Unión), así como las de dos alcaldes (Adrián Castellanos, de Jutiapa, y Víctor Martínez, de Jujutla), además de decenas de miembros, parecen ser el último clavo. Pero se sospecha de más disidencias.
El FMLN atraviesa una situación más complicada, ya que cuenta con menos diputados: solo cuatro, sobre los que se afirma que están divididos. Consultas con militantes y fotografías compartidas por los mismos diputados revelan que el apoyo de la población a los rojos es escaso en algunas reuniones convocadas.
En San Miguel, la comunicación para llamamientos es vía teléfono y a viva voz con los demás miembros. Aparte del trabajo que hacen los cuatro legisladores efemelenistas, algunos líderes como Karina Sosa visitan comunidades para tener acercamientos con la población.
A diferencia de ARENA, el FMLN conserva sus sedes, y en otros casos se reúnen en locales de organizaciones afines al partido. Sin embargo, un punto de coincidencia entre ambos partidos es que el trabajo en los diferentes municipios y departamentos es muy pobre, y sus bases ya lo comienzan a resentir.