La aparición del movimiento Poder Ciudadano, que más bien es un reciclaje de corruptos, terminará por fin dando el tiro de gracia a los partidos ARENA y FMLN.
Ese partido en formación, que, sin duda, será el acabose de los otrora poderosos y emblemáticos representantes de la izquierda y la derecha, ha comenzado con mal pie, pues parece que no le importa el pasado reprochable de muchos de sus miembros, una realidad que le hará imposible venderse como algo distinto.
Y es que un partido no puede ser creado con el fin de que sea una lavandería donde lleguen algunos a querer quitarse la mugre, a lavar una imagen que no limpia ni el más poderoso detergente.
Uno se pregunta a dónde irá ese partido con un Carlos Reyes que se ha valido de su condición de diputado para acumular 113 propiedades, con un Adán Perdomo acusado de desviar cientos de paquetes alimentarios durante la pandemia o con un Donato Vaquerano que sistemáticamente bloqueó, junto con el resto de su bancada, los fondos para combatir a las pandillas.
Con el afán de hacer creer al pueblo que son otra cosa, estos fingen haberse despojado de colores y de ideologías, cuando todos sabemos perfectamente que eso lo llevan en los genes y que es imposible que lo dejen de la noche a la mañana.
Algunos medios exageraron diciendo que la presentación de ese movimiento parecía una fiesta. Y sí, era una fiesta, pero de disfraces donde muchos se pusieron un antifaz y alas de angelito para simular una apariencia de gente buena e intentar engañar. El problema (para ellos) es que no se han dado cuenta de que están ante una población que ya despertó y que difícilmente puede ser sorprendida.
Ni nombres engañosos ni colores que evocan pureza les han de servir. Pienso que mejor deberían hacer algo más productivo y que no los ponga en ridículo, y donde, además, ya no sigan dañando a la población.
Pero como dicen por ahí que no hay mal que por bien no venga, este nuevo movimiento, que ya de por sí ha nacido muerto, terminará por acelerar el proceso de desintegración de los partidos ARENA y FMLN, un incontenible desmembramiento que de seguro los llevará a una inminente desaparición.
Tanto la izquierda como la derecha se están fragmentando en un montón de minúsculos pedacitos que ya no representan un peligro para nadie y les reducirá, además, la posibilidad de lograr una significativa representación en las próximas elecciones. Al parecer, otra vez con sus torpes acciones le están alfombrando el camino al oficialismo.
Lo de esos dos partidos no será una sorpresa, es más bien una muerte anunciada, una suerte de suicidio de parte de quienes, sabiendo que iban directo al desfiladero, no optaron por cambiar el rumbo.
Otro que también saldrá beneficiado en todo esto es el pueblo salvadoreño, que por fin podrá ver desaparecer a quienes le han hecho tanto daño y por tanto tiempo.
Si para algo podrá servir el movimiento Poder Ciudadano será para poner el punto final a dos partidos que de por sí ya están 99.99 % muertos.