Lo que inició con participaciones dominicales en el coro de la iglesia se ha convertido en la pasión de Arlette Hernández, una adolescente que, con su singular voz y creatividad compuso una canción popular dedicada a El Salvador, denominada «Mi País», con la cual ha demostrado que es una promesa en el arte del canto.
«El Pulgarcito de América, Cuscatlán, tierra de cosas preciosas, déjame caminar de nuevo en tus veredas», dice la canción que es de su autoría, y que está alojada en YouTube en la que destaca un gran sentido de pertenencia e identidad, un sentimiento que surgió después que conversó con algunos de sus familiares que están radicados en el exterior quienes la conmovieron con sus historias.
«Yo quise plasmar en la letra ese sentimiento de nostalgia que sienten los salvadoreños que viven en otros países, porque ellos demuestran un verdadero amor por nuestro país», mencionó la adolescente, quien agrega que para escribir la letra recibió ayuda de su tío Héctor David Hernández, quien también le apoyó en la producción.
El video de la canción fue grabado en diferentes locaciones del país como la Ruta de los Naranjos, en una finca y en la emblemática plaza del Divino Salvador del Mundo.
«Para la grabación yo estaba muy nerviosa porque era mi primera vez. Me emocioné mucho cuando me ayudaron a ponerme el vestido y fue hasta entonces que vi que todo el esfuerzo se estaba convirtiendo en una realidad», recordó.
Según sus padres, el video no es una casualidad, sino que se trata de un paso más que da en el canto, pues en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la solista del «coro regional» que está conformado por 70 personas.
Todo comenzó a la edad de ocho años, cuando siendo parte de un grupo de niños de esa congregación la escogieron al azar para que fuera parte de una presentación de canto frente a toda la iglesia y sus papás vieron la oportunidad para que la Arlette perdiera el miedo a presentarse en público.
«La sorpresa fue cuando la escuchamos cantar ya con el micrófono frente a toda la iglesia y nos sorprendió la manera en que se desenvolvió y la reacción que generó entre las personas que estaban presentes. Muchos de ellos se acercaron para felicitarla y motivarla a seguir en el canto», mencionó su madre Claudia Magdalena Hernández.
«Nosotros somos del pensar que los niños deben tener actividades a la par del colegio que les ayuden a desarrollarse; entonces, decidimos pagarle una maestra de piano y posteriormente clases de canto que le han ayudado muchísimo a mejor su técnica vocal y en sus presentaciones», compartió su padre Milton Hernández.
Aunque estar en el coro de la iglesia y su sueño de ser cantante popular no son tareas fáciles para la adolescente, eso no impide que cumpla con las tareas del octavo grado que cursa, así como asistir a clases de piano y canto. De grande, dice, quiere ser cantante y arquitecta.