Difícilmente un nombre se olvida en el fútbol salvadoreño: decir Milovan Djoric es para muchos retroceder 23 años en el pasado, para recordar a aquella selección de finales de los 90 que ilusionó a los aficionados con la clasificación a un nuevo mundial.
Nacido en la extinta República de Yugoslavia, el 6 de agosto de 1943 en el pueblo de Bioska, (actualmente República de Serbia), Milovan Djoric tuvo una breve carrera como jugador, militando en el Sloboda Užice, el equipo de su ciudad; el Estrella Roja de Belgrado y el Real Oviedo de España, entre los años 1967 y 1975.
Luego, en 1993 se inició como entrenador. Tras pasar por dos clubes yugoslavos, finalmente se puso al frente del equipo salvadoreño Club Deportivo Águila, de San Miguel en 1996. Con este paso, se daría, sin saberlo, el primer movimiento hacia un sueño llamado Francia 98.
Tras pasar un año con Águila, Djoric sería el elegido para tomar las riendas de la Selección Nacional de El Salvador en 1997; era su segunda etapa como entrenador de «La Selecta».
El Salvador ya había superado la fase de grupos de la eliminatoria en 1996, liderado por el técnico nacional Armando Contreras Palma; la selección avanzó tras superar a sus rivales: Cuba, Panamá y Canadá, colocándose en segundo lugar del grupo con 10 puntos, solo por detrás del equipo norteamericano con 16.
El verdadero reto, llegaba en la Hexagonal final, en donde «La Selecta» se enfrentaría a los «monstruos del área», sería en esta etapa donde la ilusión comenzó a incrementarse, tras la respuesta del equipo nacional con la dirección de Milovan Djoric.
Durante esa eliminatoria, el equipo viviría partidos que se volverían memorables para los aficionados. El Salvador iniciaba con un empate ante Canadá 0-0 en Vancouver; pero en la siguiente fecha, vencería por 2-1 a Costa Rica, en aquél recordado partido en el que anotaron Raúl Ignacio Díaz Arce y Elías Montes.
Los siguientes enfrentamientos dejarían un amargo sabor de boca; una derrota por 1-0 ante Jamaica, y la más polémica: la caída ante México en el Estadio Cuscatlán por 0-1, y con un penal no pitado tras una falta en el área sobre Elías Montes por parte de un defensa mexicano.
El riguroso método de entrenamiento implementando por Djoric, a quien apodaban el «Coronel», no permitió que los jugadores se amedrentaran ante sus rivales. El serbio levantó un equipo que ya contaba con estrellas de la talla de Mauricio Cienfuegos.
El siguiente partido los enfrentaría con Estados Unidos, en San Salvador. Roy Lassiter marcaba el 0-1 a favor de los norteamericanos en el comienzo del segundo tiempo; sin embargo, Díaz Arce rescató el punto para la selección salvadoreña, anotando el 1-1.
En Costa Rica, a selección nacional cosechó otro empate, esta vez de visita; y le propinó una goleada de 4-1 a Canadá en el Cuscatlán. Tras el doloroso 5-0 en el Estadio Azteca contra México, solo quedaría un partido para definirlo.
Era el 9 de noviembre de 1997, el Cuscatlán lucía repleto, la selección enfrentaba a Jamaica y una victoria los ponía cerca del mundial. Nidelson da Silva Melo, el brasileño naturalizado salvadoreño y una figura con altos y bajos durante esa eliminatoria, anotaba el primer gol para El Salvador.
Jamaica marcó dos goles más para remontar, pero Waldir Guerra dio el empate a escasos minutos del tiempo reglamentario. La selección aún tenía esperanzas para clasificar, sin embargo, tenía un duro reto por delante aún: la visita a Estados Unidos.
El último partido, y pese al esfuerzo del equipo salvadoreño, resultó con una derrota por 4-2, que lo dejaba definitivamente fuera del mundial. Mientras Jamaica alcanzaba el tercer lugar, y último boleto para Francia 98, El Salvador caía a la quinta posición, solo por encima de Canadá.
Muchas son las teorías de lo que pasó, los aciertos y los errores. Sin embargo, lo cierto es que ese año, «La Selecta» rozó la clasificación a un mundial; y fue, junto a la Eliminatoria de Sudáfrica 2010, una de las etapas que más ilusionó a la afición sobre volver a un campeonato del mundo, después de los recordados España 82 y México 70.