En Star City, Rusia, el astronauta de raíces salvadoreñas Frank Rubio ya se encuentra conviviendo junto a los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, con quienes partirá hacia la estación espacial internacional el 21 de septiembre. Lo harán a bordo de la nave Soyuz MS-22 desde Kazajstán.
Rubio, cuya familia es originaria de La Unión, dice confiar con plenitud en toda la tripulación. Nació en Florida pero se crió sus primeros seis años en El Salvador y pronto logrará el hito de convertirse en el primer latinoamericano en llegar a Marte, como lo remarca la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
«Hay muchas cosas por las que he estado emocionado por algún tiempo. Tan solo el despegue tiene que ser muy sorprendente. Será una gran experiencia. Pienso que estar en un ambiente donde estaré aprendiendo constantemente, constantemente mejorando, será muy emocionante. Y, luego, cuando volvamos a casa, el volver a entrar a la atmósfera, ese será otro momento muy emocionante. Así que creo que todos los seis meses serán increíbles», dijo Rubio durante entrevistas virtuales con los medios transmitidos por la NASA.
Fue hace seis años que Rubio inició su camino hacia el espacio, luego de graduarse de la Academia Militar con un doctorado en medicina de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud. Previamente fue piloto de helicópteros Blackhawk con más de 600 horas de vuelo en combate en Bosnia, Afganistán e Irak.
«Lo más importante, además de las habilidades, es el poder adaptarse. 24 años en el Ejército y en medicina, uno aprende a adaptarse. Poder manejar todo y mantenerse en calma bajo presión, aunque estés nervioso, es lo que más vale», continuó el salvadoreño-estadounidense.
La misión tomará otros tres años en llegar hasta el planeta rojo. «Saber que todos los días estamos contribuyendo a conseguir algo que nunca habíamos soñado es increíble», añadió el padre de cuatro hijos adolescentes.
Respecto a su familia, dijo que todos están demasiado emocionados y se confesó «bendecido» por el apoyo incondicional de su esposa. Para Rubio, la emoción del despegue lo hace sentirse de nuevo como un niño.
«Iremos paso a paso. Nos enfocamos luego a largo plazo. La radiación es una de las grandes preocupaciones [para llegar a Marte]. El problema es que en el espacio manejar eso es diferente, no es como en los submarinos. También el manejo del impacto en nuestro sistema cardiovascular. El tiempo que tomará adaptarse será algo muy interesante», destacó.
A pesar del entorno político por la actual guerra entre Rusia y Ucrania, en la que Estados Unidos ha jugado también un papel, Rubio dijo que convive en armonía junto a colegas tanto rusos como estadounidenses.
«Todos diríamos que nos sentimos seguros y estamos enfocados en la misión. Roscosmos y la NASA nos dan apoyo. Confío en mi equipo. Tengo confianza en esta misión. No creo que lo de Rusia haya sido una preocupación para mi familia en casa. Nos enfocamos en la misión, nos enfocamos en la camaradería. Tomó mucho tiempo llegar a los acuerdos [para la misión conjunta], así que me enfoco en estar listo».