Contar con herramientas de identificación y el seguimiento de virus que suponen una amenaza grave para la salud es una necesidad imperativa que señaló la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por lo que, durante la 30ª Conferencia Sanitaria Panamericana, los representes de las instituciones de salud de los países de las Américas acordaron incrementar la secuenciación genómica para detectar patógenos potencialmente pandémicos.
En el caso de El Salvador, el ministro de Salud, Francisco Alabi, participa en este evento, en el que también se eligió al nuevo director de la OPS, Jarbas Barbosa da Silva Jr.
«Los agentes patógenos emergentes y reemergentes con potencial epidémico y pandémico presentan un riesgo importante en la región», afirmó Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la OPS, y agregó «Por esa razón, es fundamental incrementar nuestra capacidad para identificar y caracterizar rápidamente, mediante secuenciación genómica, los cambios en los virus que pueden hacer que se propaguen más rápido o causen cuadros más graves de enfermedad».
De acuerdo con la OPS, se pretende que esta vigilancia se haga desde los laboratorios nacionales de salud de cada país, de manera que se pueda identificar cambios en los virus y otros patógenos que pudiesen ser potencialmente pandémico y epidémico en la región.
En El Salvador, el Ministerio de Salud (Minsal) a través del Instituto Nacional de Salud (INS) secuenció por primera vez el SARS-CoV2, un avance que marcó los avances de investigación de este tipo. Asimismo, el INS se prepara para iniciar con la secuenciación de otro tipo de agentes patógenos a través de un equipo de secuenciación masiva de tercera generación donado por la OPS. Esto permitirá contribuir con la vigilancia epidemiológica de esta y otras enfermedades.
«La nueva estrategia contribuirá a que los países y la OPS consoliden y amplíen los avances en vigilancia genómica logrados hasta ahora. Entre estos, se destaca la Red de Vigilancia Genómica de la COVID-19 en la Región de las Américas (COVIGEN) creada en marzo de 2020, más de un año antes de que las variantes de preocupación obligaran a cambiar las estrategias para combatir la propagación del SARS-CoV-2», indicó la OPS.