Al menos 96 personas murieron, según el último balance divulgado por las autoridades, que afrontan una ola de criticas por el manejo de la crisis.
Se espera que el saldo crezca a medida que los equipos de rescate con perros entrenados avanzan en sus tareas de búsqueda entre casas y vehículos calcinados.
Los rescatistas «probablemente encontrarán de 10 a 20 personas por día hasta que terminen» sus tareas, advirtió el gobernador de Hawái, Josh Green, en una entrevista transmitida el lunes por la cadena CBS
«Ninguno de nosotros conoce aún la magnitud» del desastre, reconoció por su parte John Pelletier, jefe de la Policía de Maui.
Lahaina, ciudad costera de la isla de Maui, quedó casi completamente destruida por el voraz infierno que la arrasó en las primeras horas del miércoles, mientras los sobrevivientes denuncian que no recibieron ningún aviso.
Interrogada sobre la razón por la que las sirenas de la isla no sonaron, la senadora por el estado de Hawái, Mazie Hirono, respondió el domingo que esperaría a los resultados de la investigación anunciada por la fiscal general de ese estado, Anne Lopez.
«No voy a dar ninguna excusa para esta tragedia», dijo la demócrata en la cadena CNN.
«En lo que a mí respecta, estamos concentrados en la necesidad de rescate, y tristemente, en la localización de más cuerpos» añadió la congresista.
El fuego impactó o destruyó más de 2.200 estructuras en Lahaina, y oficialmente las pérdidas se estiman en 5.500 millones de dólares, sin contar los miles de damnificados que quedaron sin hogar.
Los cuerpos recuperados son difíciles de identificar, explicó el oficial. Solo dos de ellos pudieron ser identificados, por lo que pidió a los familiares de las personas desparecidas someterse a pruebas de ADN.
«Vamos tan rápido como podemos. Pero para que lo sepan: 3%, eso es lo que ha sido rastrado con los perros-», añadió.
El presidente estadounidense, Joe Biden, había dicho el domingo que planeaba viajar próximamente a Hawái, donde varios pequeños fuegos seguían activos.