Este lunes no hubo homicidios en El Salvador. Con esto, noviembre llega a 19 días sin hechos de violencia. Un día antes, el domingo, se cumplieron ocho meses desde el inicio de la implementación del régimen de excepción, medida legal que permite a las autoridades de la Policía Nacional Civil y del Ejército combatir de manera más eficaz a las pandillas.
Gracias al régimen de excepción y al Plan Control Territorial, más de 58,000 integrantes de maras y sus colaboradores han sido detenidos. La renovación de la Asamblea Legislativa, que implicó reducir a la irrelevancia a ARENA y al FMLN, permitió la depuración y transformación del Órgano Judicial, lo que permitió que los criminales no fueran liberados aduciendo vacíos legales o retorcidas interpretaciones de las leyes, como solían hacer los jueces durante las administraciones de los políticos que habían pactado con las pandillas.
En esos tiempos, además, las masacres eran el sufrimiento diario de los salvadoreños, con días de hasta medio centenar de homicidios, en tanto que las cúpulas de los partidos negociaban la sangre de los ciudadanos a cambio de votos y apoyo político.
Gracias al impulso a la seguridad que dio desde el primer día el Gobierno del presidente Nayib Bukele, la PNC y la Fuerza Armada han recibido el apoyo financiero para modernizar sus equipos y mejorar sus condiciones de trabajo para combatir a las pandillas. Hay una coordinación permanente y los resultados del combate frontal están a la vista, con los criminales detenidos y puestos tras las rejas por jueces valientes.
Atrás quedaron los días en los que las maras dictaban qué hacer, dónde se podía caminar y a qué hora. Ya no hay asesinatos a mansalva y las extorsiones se han reducido drásticamente. Ahora, como el lunes, hay días sin homicidios. «¿Por qué aún hay quienes insisten en que regresemos al pasado?», preguntó en Twitter el presidente Bukele, en referencia a los opositores al combate a las pandillas.
El país está mucho mejor y la gente lo dice abiertamente, no solo en los sondeos de opinión (hechos incluso por las encuestadoras controladas por la oposición), sino cuando sale a disfrutar en libertad de los espacios y territorios recuperados para la sociedad. Parques, el Centro Histórico de San Salvador, estadios y playas lucen abarrotados y en completa seguridad. Hay pleno respeto a los derechos ciudadanos, empezando por el de la vida, que los delincuentes y sus socios pisoteaban en cada momento.
Siendo así, ¿de verdad hay quienes quieren que el país regrese al pasado?