Propietarios de bares y restaurantes se manifestaron el sábado en una plaza de Buenos Aires para reclamar medidas sanitarias más flexibles para afrontar la crisis económica causada por el covid-19, en el peor momento de la pandemia en Argentina.
«El empresario gastronómico está facturando un 15% o 20% de lo normal, con cierres de noche y sin el caudal de los fines de semana», describió a la AFP Yamila Guzmán, de 30 años, en un mitin en Plaza Serrano, epicentro de locales de comidas y bebidas en el residencial barrio de Palermo, el más grande de la capital.
Casi 20,000 empresas gastronómicas y hoteleras han cerrado sus puertas, con la pérdida de 175,000 empleos, según la Federación Empresaria del sector.
«La situación es realmente muy grave por las quiebras. No pudieron resistir las restricciones que trajo aparejada la pandemia», dijo Alejandro Larumbe, de 54 años, titular de la cámara gastronómica de Quilmes, un populoso distrito al sur de la capital, integrado al mayor conglomerado urbano, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con 15 millones de habitantes.
Argentina registra más de 80,000 muertes y casi cuatro millones de contagios en una nación de 45 millones de personas.
En las últimas semanas hubo picos epidemiológicos diarios de 40,000 casos y 600 muertos, tasas de infecciones y letalidad que figuran entre las más elevadas de América.
«Si esto dura todo el invierno (austral), van a cerrar cinco o seis mil locales más, y van a quedar otras veinte o treinta mil personas en la calle (sin trabajo)», dijo Eduardo Maurice, de 62 años dueño de un bar.
Este fin de semana rige un estricto protocolo en el AMBA que autoriza vender sólo productos para llevar o envíos a domicilio. En la próxima semana se podrá servir en mesas de terrazas sólo hasta las 19H00 horas.
Los propietarios reclaman permiso para abrir con tope de 30% de ocupación en los locales y hasta las 00H00.
Turismo, gastronomía y hotelería son los sectores «más golpeados» por la pandemia, afirma la Federación, aunque el ámbito artístico (cine, teatro, danza, música, recitales, etc) se considera en peor situación, sin ningún trabajo o precarias actividades virtuales.
La entidad federativa destaca el fuerte respaldo del gobierno al sector con subsidios, créditos y exenciones impostitivas, pero afirma que aún así «la situación es de extrema gravedad y de magnitudes históricas»