El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este lunes la ley para poner fin de inmediato a la emergencia nacional por la pandemia de la COVID-19, impuesta en marzo de 2020. Sin embargo, la política de expulsión exprés, Título 42, continuará vigente hasta el 11 de mayo, ya que está sujeta a la emergencia de salud pública.
El fin de la declarada emergencia por el coronavirus ocurre un mes antes de lo previsto por la administración, que no estaba de acuerdo en que terminara. A finales de marzo, el Senado dio su aval de la ley con 68 votos a favor y 23 en contra. Fue una votación bipartidista, luego de haber sido aprobada por la Cámara de Representantes a principios de 2023.
Ahora el Gobierno tratará a la COVID-19 como una enfermedad endémica. Con la emergencia nacional, el Ejecutivo suministró fondos a los gobiernos estatales y locales que trabajaban para impedir la propagación de la enfermedad. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) fue la autorizada para gestionar la respuesta contra la pandemia.
El Gobierno de Biden rechazó inicialmente los proyectos de ley con el argumento de que concluir de manera «abrupta las declaraciones de emergencia crearía un caos y una incertidumbre de gran alcance en todo el sistema sanitario», y que se generaría un «grave perjuicio para el pueblo estadounidense»; sin embargo, las iniciativas impulsadas por el Partido Republicano de la Cámara de Representantes lograron su propósito.
Respecto al Título 42, la Casa Blanca consideró que bloquear la política generaría una crisis y que podría verse un escenario en el que «miles de migrantes por día ingresen al país de inmediato sin las políticas necesarias en su lugar».
Organismos que protegen a los migrantes, esperan que en un mes se bloquee la política que expulsó a más de 2,7 millones de personas en la frontera y les dejó sin posibilidades de solicitar asilo en la frontera con México.