«Estamos apuntando hacia una ventana de lanzamiento que se abre el 18 de diciembre para nuestra próxima misión de carga del New Shepard», que contendrá 33 cargas científicas y de investigación, y 33.000 postales, escribió la compañía en X (antes Twitter).
La Administración Federal de Aviación (FAA) concluyó en septiembre pasado la investigación del accidente y ordenó a la empresa a cumplir «21 acciones correctivas» antes de reanudar los lanzamientos.
En su informe, el regulador aéreo afirma que una falla de la boquilla del motor, causada por temperaturas más altas de lo esperado, provocó que el cohete New Shepard se precipitara a tierra poco después del despegue, pese a que la cápsula con experimentos de investigación escapó y regresó a salvo a la Tierra.
«Durante el accidente, los sistemas del vehículo de lanzamiento a bordo detectaron la anomalía, abortaron la operación y separaron la cápsula del módulo de propulsión como estaba previsto, y apagaron el motor», dijo la FAA.
El hecho de que la cápsula fue eyectada inmediatamente sugiere que una eventual tripulación habría estado a salvo.
En total, Blue Origin ha hecho seis vuelos con tripulantes -algunos pagos y otros invitados- desde julio de 2021, con el propio Bezos en el primer grupo.
Mientras que Blue Origin no pudo volar, la firma Virgin Galactic, del millonario británico Richard Branson, se mantuvo activo y realizó cinco vuelos comerciales este año.
Ambas empresas compiten en el emergente sector del turismo espacial, ofreciendo algunos minutos sin gravedad en el espacio «suborbital».
Los boletos de Virgin Galactic se vendieron por entre 200.000 y 450.000 dólares, mientras que Blue Origin no revela públicamente los precios de los suyos.
Bezos, fundador de la gigante del comercio en línea Amazon, dimitió como director ejecutivo de la empresa en 2021. Además de su incursión en el mercado de turismo espacial, también es propietario del prestigioso diario The Washington Post.