«Queremos decirle a la población (que) mantengamos las medidas de bioseguridad que aplicamos para la COVID-19, que nos sirve también para protegernos de una gran gama de enfermedades», acotó el ministro ante periodistas.
Auza descartó también declarar por ahora restricciones o un eventual cierre de fronteras en Bolivia a causa de la también llamada viruela símica, ya que no es una enfermedad de fácil contagio.
«Por el momento, al ser una enfermedad que en su descripción clásica no es de fácil contagio como la COVID-19 (…) por el momento las instancias internacionales no recomiendan un cierre de fronteras», dijo.
Reiteró, no obstante, que el gobierno mantiene una «alerta epidemiológica» para la viruela del mono y la emergencia sanitaria por la COVID-19.
«Cualquier determinación que se asuma está sujeta a estudios epidemiológicos y científicos que determinan la necesidad de aplicar o no medidas de restricción en fronteras», afirmó.
El pasado 26 de mayo se detectó en la ciudad oriental de Santa Cruz el primer caso sospechoso de la viruela del mono y unos días después un segundo caso sospechoso, según la Secretaría de Salud local.
El Ministerio de Salud y Deportes declaró «alerta epidemiológica» ante cualquier indicio de la enfermedad en el país y su presencia en más de una veintena de naciones del mundo.
Instruyó también la aplicación del manual de alerta epidemiológica a los nueve Servicios Departamentales de Salud para uniformar acciones frente a un posible caso en territorio boliviano.
La viruela del mono es una zoonosis selvática con infecciones humanas incidentales, por lo general en partes boscosas de África central y occidental, en su forma de transmisión más conocida.