El gobierno de Brasil, muy criticado por su política medioambiental, anunció este lunes durante la COP26 que se compromete con metas más ambiciosas de reducción de gases de efecto invernadero y de eliminación de la deforestación ilegal.
«Presentamos una nueva meta climática más ambiciosa, pasando de 43% a 50% [la reducción de gases efecto invernadero] hasta 2030 y de neutralidad de carbono hasta 2050, que será formalizada durante la COP26», dijo el ministro de Medio Ambiente, Joaquim Leite durante una presentación en Brasilia que fue transmitida en directo en el pabellón de Brasil en Glasgow.
Leite arribará el 7 de noviembre a la cumbre de la ONU sobre el clima.
La reducción de gases será con relación a las emisiones de gases de 2005. La meta de neutralidad ya había sido avanzada por el gobierno desde 2060 a 2050 en abril pasado.
El gobierno también anunció el lunes que adelantará dos años, de 2030 a 2028, su meta para eliminar la deforestación ilegal, pese a las altas cifras de los últimos años bajo el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
En un video pregrabado y transmitido en el pabellón brasileño, Bolsonaro afirmó que «Brasil es parte de la solución para superar este desafío global. Los resultados alcanzados por nuestro país hasta 2020 demuestran que podemos ser aún más ambiciosos», defendió.
Acusado de disminuir el personal y financiamiento de los órganos públicos dedicados a la preservación del medio ambiente, el gobierno brasileño ha realizado una serie de anuncios en las últimas semanas, en un intento por mejorar su imagen internacional durante la cumbre.
El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, elogió las medidas anunciadas. Recibimos con satisfacción los nuevos compromisos de Brasil, escribió en su cuenta de Twitter. «Esto añade un impulso crucial al movimiento global para combatir la #CrisisClimática. ¡Estamos deseando trabajar juntos!», expresó.
El viernes pasado, el gigante sudamericano, que alberga un 60 % de la Amazonía, anunció que firmará el «Forest Deal», un acuerdo clave que busca alcanzarse durante la COP 26 sobre la reducción de la deforestación y la degradación de suelos de aquí a 2030.
Según un informe publicado por el colectivo de oenegés Observatorio del Clima, las emisiones de CO2 de Brasil aumentaron 9.5% interanual en 2020. La media mundial estuvo a la baja en 7 % debido a la pandemia de coronavirus, que obligó a reducir el transporte y la producción.
Esta excepción se debió a que el aumento de la deforestación el año pasado, en especial en la Amazonía, puso a Brasil a contramano del planeta.
Desde que Bolsonaro asumió el poder en enero de 2019, la Amazonía perdió unos 10.000 km² de bosque al año (casi la superficie de Jamaica), frente a unos 6.500 km² por año en la década anterior.