De acuerdo con el reporte del IBGE, se trata de la primera vez que la nación sudamericana registra tres meses seguidos de disminución en los precios desde 1998, luego de que en agosto de este año la baja fue de un 0,36 por ciento.
En los primeros nueve meses de este año, Brasil acumuló una inflación del 4,09 por ciento, mientras que en los últimos 12 meses hasta septiembre anterior, el indicador alcanzó un 7,17 por ciento, inferior al 8,73 por ciento interanual tenido en agosto.
Entre los nueve segmentos incluidos en el reporte, cuatro tuvieron una baja en sus precios en septiembre, liderados por transportes (1,98 por ciento), comunicación (2,08 por ciento), y alimentos y bebidas (0,51 por ciento).
El descenso en los combustibles (8,50 por ciento) representó el principal factor en la reducción, al igual que en los dos meses anteriores.
El precio de la gasolina disminuyó en el lapso de referencia un 8,33 por ciento, mientras que el etanol bajó un 12,43 por ciento y el diésel un 4,57 por ciento.
Por el lado de los aumentos, el segmento del vestido aumentó un 1,77 por ciento, mientras que los gastos personales crecieron un 0,95 por ciento y la vivienda un 0,60 por ciento.
El gobierno y el Banco Central de Brasil tienen como meta una inflación del 3,5 por ciento en 2022, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, es decir, el índice puede situarse entre el 2 y el 5 por ciento.
Por su parte, el mercado financiero espera que la inflación sea del 5,71 por ciento al cierre de 2022, luego de que el año pasado fue del 10,06 por ciento, muy superior a la meta establecida (3,75 por ciento) y el mayor índice desde 2015.