Brayan Gil, delantero colombiano salvadoreño, pone casi como regla aquel dicho que dice que el ser humano siempre vuelve donde fue feliz.
Ayer, el atacante regresó como un visitante más al Óscar Quiteño, de Santa Ana, ahí donde generó mucha alegría para sí mismo y para la hinchada de FAS, en el Apertura 2019. Aunque retornó, en primer lugar, para ver a su hermano, Mayer, del equipo fasista, el atacante sabía que volver al departamento es traer a lo actual los buenos momentos con el equipo tigrillo.
Tras recibir la notificación de que FIFA aplazó las Copas del Mundo sub 17 y sub 20 para 2023, Gil, del Alianza Petrolera y de la sub 20 colombiana, se vino al país de vacaciones.
Pero para entrar al país usó su pasaporte de Colombia, dado que hasta este momento aún no tiene su pasaporte salvadoreño, luego de que en diciembre del año pasado recibiera junto a sus hermanos la nacionalidad salvadoreña de parte de la Asamblea Legislativa de El Salvador.
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No tener ahora pasaporte salvadoreño y DUI ponen una barrera al Brayan para jugar para un combinado salvadoreño, más allá de que haya sido llamado a una selección sub 20 cafetera desde mediados de este año.
«No te puedo hablar ahora de una posibilidad de jugar para El Salvador, hay que esperar que se arreglen los papeles. Aún no tengo el pasaporte salvadoreño», dijo el atacante que marcó tres goles con la camisa de Alianza Petrolera en Copa Colombia.
Por otra parte, Gil habló con «Diario El Salvador » sobre su debut con la sub 20 cafetera en los dos amistosos disputados ante Ecuador, hace un poco más de una semana.
«Por cosas de la pandemia se pasó el Mundial hasta 2023, pero Dios sabe cómo hace sus cosas. Tocará esperar en un futuro si se pueda dar la oportunidad. Gracias a Dios pude jugar como titular en los dos fogueos ante Ecuador y me sentí bien con el grupo», dijo el atacante suramericano.