Cuando muchos piensan que han burlado a la justicia o que su proceso estaba cerrado y se acercan a una sede policial a tramitar una solvencia, el sistema revela a los agentes que estos ciudadanos aún tienen abiertos procesos judiciales por diferentes delitos, por lo que son detenidos.
Los casos más comunes por los que estos solicitantes caen son estafa y agrupaciones ilícitas. Esta historia se repite al menos 200 veces cada año cuando a la unidad de la PNC que se dedica a la entrega de solvencias policiales acuden miles de ciudadanos a tramitar la obtención del documento para presentarlo al momento de buscar empleo, renovar la licencia para portar armas, hacer trámites migratorios y para actividades académicas.
«En el año estamos deteniendo a alrededor de 200 personas con órdenes judiciales. Todos los años tenemos siempre esa cantidad que viene a tramitar su constancia y tiene orden judicial vigente», comentó el jefe de la Unidad del Registro de Antecedentes Policiales, el inspector Saúl de Jesús Melara.
¿Qué pasa por la mente de estas personas que tienen cuentas pendientes con la justicia y que «voluntariamente» llegan a las sedes policiales hacer este trámite?, se le consultó al jefe policial, a lo que respondió: «Quizá en algún momento se desconectan, cometen algún delito, pasa el tiempo y piensan que, de parte de la Fiscalía, juzgados o incluso de la Policía no reciben ninguna señal de seguimiento [de sus procesos]. Entonces, vienen confiados de que no tienen nada pendiente».
En algunos casos, las autoridades han descubierto que se trata de ciudadanos comunes que son procesados por estafa, pero también hay muchos pandilleros.
El jefe policial considera que en alguna medida resulta beneficioso para ellos detectar delincuentes en estas circunstancias, los cuales son remitidos a otras instancias.
Los sospechosos son puestos a la oren de un juez
«El procedimiento lo hacen las unidades que nos apoyan para la remisión, la División de Cumplimiento a Disposiciones Judiciales, el 911 y unidades tácticas. Es una parte que no podemos obviar. Si es reclamado por un juzgado, hay que ponerlo a su disposición», dijo.

Los registros de la Policía indican que estos casos ocurren desde que entró en funcionamiento la unidad de entrega de solvencias en 2000; no obstante, a partir de 2014 hubo incremento de los casos que llegaron a ser hasta de 200 personas capturadas al año.
En noviembre de 2019, las autoridades reportaron la captura de Marlon Amílcar Gómez Cruz cuando tramitaba una constancia en Santa Ana. El sistema indicó a los agentes que él era reclamado por el Juzgado Primero de Instrucción de Santa Tecla por estafa. En agosto de 2020, Óscar Neribel Beltrán Zavaleta fue arrestado cuando tramitaba una solvencia. El sistema alertó a la Policía que era reclamado por el Juzgado Segundo de Instrucción de Cojutepeque por homicidio agravado y agrupaciones ilícitas.
De acuerdo con las estadísticas policiales, el 80 % de las personas que buscan tramitar el documento lo hacen por fines laborales, pues muchas empresas lo solicitan como requisito para optar a una vacante.
La constancia permite saber si el aspirante está siendo procesado por algún delito. Los datos indican que un 15 % la pide porque tramita su residencia en el extranjero. Los casos en los que la Policía no entrega la solvencia son cuando, por ejemplo, el solicitante [en el caso que haya tenido una resolución favorable en un proceso judicial] no haya presentado la documentación que ampare su situación jurídica con la cual comprueba que no tiene vigente un proceso.
La Policía firmó convenio con el Registro Nacional de Personas Naturales (RNPN) para obtener la fotografía del ciudadano y de esa manera el solicitante no tiene que retirarse la mascarilla.
El uso de la mascarilla es obligatorio al momento de ingresar a las sedes policiales donde se entrega la constancia donde se aplicará alcohol en gel como parte de las medidas sanitarias.
El documento no tiene fecha de vencimiento. Las empresas toman a bien los tiempos al momento de solicitarle al aspirante a una vacante cuándo presentarla.