El show, la pirotecnia y la antorcha que encenderá el pebetero y la esperanza de un país que promete celebrar «los mejores Juegos de la historia» están calendarizados para el 23 de junio en el remozado estadio Jorge «Mágico» González, pero para entonces la pelotita del pimpón habrá saltado sobre la mesa de tenis y la de voleibol estará vestida de arena.
Serán el tenis de mesa y el voleibol de playa los que romperán el hielo y darán rienda suelta a un ajetreado calendario que convertirá a San Salvador en la capital del deporte regional y en el aeropuerto de campeones nacionales, centroamericanos, panamericanos y olímpicos.
El Salvador, que «rescató» unos Juegos que estaban a puntos de marcharse por el fregadero, está listo para abrir las puertas a la crema y nata del deporte regional y el calendario que se ejecutará oficialmente del 21 de junio al 8 de julio pinta «atractivamente amenazante» al ojo del espectador.Es un ejército de al menos 5,000 atletas, el que subirá a los tatamis, al caballo, la bicicleta, el ring, los patines, y entrarán al césped, la arena y el mar en busca de medallas de oro, plata y bronce, pero mejor aún para llenar y hacer vibrar con sus acrobacias y hazañas no a un país sino a toda una región que se verá dignamente representada en la XXIV edición de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.
Por El Salvador son las caras más visibles Roberto Hernández de tiro con arco, Ivonne Nóchez en patinaje y Jorge Merino en Karate, pero hay un batallón de atletas que también buscará la gloria y medallas en estos 17 días de competencia, en los que se espera el brillo supremo de atletas como la venezolana Yulimar Rojas, campeona olímpica y mundial en salto triple, la judoca cubana Idalys Ortiz, medallista olímpica en cuatro ocasiones o el clavadista mexicano Germán Sánchez.