Su hijo mayor y heredero de la monarquía, Carlos, Príncipe de Gales, lleva varios años asumiendo una mayor carga de obligaciones oficiales, incluso en el extranjero.
Su esposa, Camila, está cada vez más presente, tanto durante las restricciones por la pandemia de coronavirus el año pasado, como ahora, tras el levantamiento de las mismas.
Junto a la pareja real, están también en la vanguardia el hijo mayor de Carlos de Inglaterra de su primer matrimonio con la princesa Diana, Guillermo, y su esposa, Catalina.
Camila ha sabido ganarse una buena parte de la cobertura mediática que antes habría recaído en la Reina, de 95 años, a quien los médicos aconsejaron reposo.
Su presencia en eventos -desde el estreno mundial de la última película de James Bond hasta el encuentro con los líderes mundiales en las cumbres del G7 y de la ONU sobre el clima- es una clara señal del cambio que se avecina.
Joe Little, director de la revista Majesty Magazine, declaró a la AFP que «mucha gente está ahora familiarizada con Camila y la están conociendo».
Rehabilitación –
Camila, de 74 años, también conocida como la Duquesa de Cornwall, se convertirá en consorte cuando Carlos, de 72 años, suba al trono. En ese momento, Guillermo, de 39 años, ascenderá en la línea de sucesión y se convertirá en heredero.
Hace tan sólo unos años, otros eran vistos como el futuro de la familia más famosa de Gran Bretaña: Guillermo, su hermano menor Enrique, y sus respectivas esposas Catalina y Meghan. Pero los planes cambiaron drásticamente el año pasado cuando Enrique y Meghan se trasladaron a Estados Unidos, desde donde criticaron a la familia, e incluso la acusaron de racismo.
El ascenso de Camila -que en su día fue una figura odiada por ser «la otra mujer» en el matrimonio de Carlos y Diana- es notable. «Su posición ha evolucionado sin ninguna duda y ha habido un enorme y muy largo proceso de rehabilitación desde la época de Diana», explica la historiadora real Anna Whitelock al diario Daily Express.
Por su parte, Little afirma que Camila, al igual que otros miembros de la realeza, se vio obligada a desempeñar un papel más público debido a la pandemia de coronavirus, cuando el mundo se trasladó a internet. Supo asumir el papel con aplomo y ganó adeptos, aunque a los ojos de algunos nunca podrá ser perdonada por su papel en el colapso del matrimonio de Carlos y Diana.
«Hay muchos partidarios de Camila», precisa Little. «Lo está llevando muy bien. Ha sido miembro de la familia real durante 16 años, así que tiene bastante experiencia en temas de alto perfil. Es muy competente en ello», abunda.
Desde el fallecimiento del príncipe Felipe, marido de la Reina durante 73 años, en abril, Camila fue vista -y escuchada- con más frecuencia en los compromisos oficiales de la realeza y en los actos benéficos. Esta semana acompañó a Carlos -un veterano ecologista- a la cumbre COP26 de la ONU en Glasgow, para instar a los líderes mundiales a detener el galopante cambio climático.
El mes pasado, ella y Carlos, que se casaron en 2005, apoyaron a la Reina en la inauguración oficial del Parlamento escocés en Edimburgo y de la Asamblea de Gales en Cardiff.
También estuvo presente en el primer compromiso ceremonial de la monarca desde la muerte de su marido: la apertura del Parlamento en mayo.
En las próximas semanas, la pareja se embarcará en la primera gira real por el extranjero desde el inicio de la pandemia de coronavirus, visitando Egipto, que acogerá la COP27, y Jordania.