Carlos Zavaleta, padre de Eriq Zavaleta, zaguero debutante de la selección mayor, se fue a casa de su hermano, Raúl, en Estados Unidos, para ver el debut de Eriq en la selección mayor. El exjugador de Excélsior, de Santa Ana, en la década de los 70, reconoce que tuvo un cúmulo de emociones que le revolotean en el cuerpo, no tanto por ver jugar a su hijo, sino que por tenerlo de frente a la pantalla con la camisa de la selección de El Salvador, país que Carlos tuvo que abandonar por diferentes razones, a mediados de la década de los 70.
Carlos, con una vida hecha en Estados Unidos, vivió al límite cada gol del equipo nacional, casi como que su hijo lo hubiera anotado. Eriq estuvo cerca en la segunda parte cuando se animó con un zapatazo desde fuera del área, pero la efectividad no le sonrió.
«Me sentí excitado y antes del juego estaba ansioso. Vi que a Riq lo eligieron como uno de los tres capitanes. Con eso le están demostrando un respeto a él, pese a que apenas este sábado fue su debut. Lo conocen poco sus compañeros ahora, pero le mostraron respeto. Como hay muchos jóvenes ahora en el equipo, le ayuda la experiencia que ha adquirido. Quizá por eso los otros jugadores le dieron el honor de ser capitán», dijo el progenitor del zaguero del Toronto FC, de la MLS.
Luego, Carlos se fue al plano deportivo, tomando en cuenta que tuvo la oportunidad de jugar a escala profesional en el país, en la década de los 70.
«Noté a Eriq con mucha tranquilidad a la hora de tener la pelota. Enfrentaron a un equipo que no les daba mucho en el ataque. No tuvo que hacer mucho en defensa, pero con el balón en los pies sí mostró su calidad. Ganó todas las pelotas aéreas. Me desilusionó que en los tiros de esquina no lo buscaran, porque es muy bueno de cabeza», dijo el padre del zaguero, quien confirmó que este martes estará pegado a la televisión para ver el juego de la Azul contra Antigua y Barbuda, en la cancha del estadio Cuscatlán.