Hace unos días, la cantante y compositora salvadoreña Carol Hills dibujó una sonrisa en el rostro musical de El Salvador al confirmar que había sido aceptada para pertenecer a la Academia Latina de la Grabación, un privilegio que muy pocos artistas nacionales ostentan y que, ahora, esta joven llena de vida y sueños puede poner como uno de sus logros más grandes.
Con toda una década en los escenarios y en un momento de su carrera en el que se prepara para lanzar una producción con varias de sus canciones, la mayoría compuestas en su habitación y en sus momentos de mayor intimidad e introspección, Carol Hills ahora encuentra un nuevo nivel en su carrera artística para seguir demostrando que en El Salvador hay talento suficiente para posicionarse en la industria internacional.
Dudas atrás y lanzarse tras un sueño
Sin embargo, la historia de la llegada de Carol Hills a la Academia Latina de la Grabación no está exenta de dudas. En algún punto de esta travesía, la joven pensó en no tener las condiciones necesarias para un privilegio de esta magnitud, algo que, según ella explica, es parte de una lucha constante que la gran mayoría de artistas tiene contra sí mismos y los fantasmas de sus temores.
«Empecé haciendo canciones en mi cuarto a los 16 años y veía siempre ese tipo de premios, pero lo veía como algo imposible. A medida comencé a desarrollar mi carrera artística nació la curiosidad de saber cómo se llegaba a eso. En 2018 tuve la oportunidad de ir a un campamento para composición sobre derechos humanos en Guatemala. Me invitaron a trabajar con ingenieros miembros de la Academia Latina e la Grabación. Ahí comencé a ver que quizás no era tan complicado como parecía», comenta.
«En ese campamento tuve la oportunidad de trabajar con productores reconocidos por sus trabajos con Michael Jackson y U2. Sin embargo, pasó todavía un tiempo más hasta que un día tuve un intercambio por Instagram con uno de esos productores, quien me dio un correo electrónico al cual podía escribir para conocer más sobre el proceso», recuerda.
Tras esta experiencia, Carol tuvo en sus manos la posibilidad de iniciar el proyecto para forma parte de la organización encargada del Premio Grammy Latino. Sin embargo, entre dudas, despistes y las mismas obligaciones de la vida, la acción fue convirtiéndose en recuerdo, hasta que un día tomó la decisión de hacer lo que ella siempre supo que debía haber hecho.
«Me tomó bastante tiempo tomar la decisión, pero llegué a un punto en que me dije a mí misma que debía intentarlo. Si no resultaba iba a tener la experiencia de haberlo intentado y no es que por eso mi carrera se me iba a acabar. Eso fue lo que hice. Hice el proceso. Básicamente es recopilar todo lo que hice en mi carrera musical y demostrar que soy una persona activa en la música. Hay otros detalles más específicos. Pasé todo ese proceso y entonces lo mandé», relata.
Con el proceso finalizado, Carol pasó un tiempo en espera, aunque señala que la emoción ya no era tanta como al principio, en parte, porque decidió soltar y dejar que todo encajara por su cuenta.
«Hace unas semanas me cayó un correo: Estimado miembro, te damos la bienvenida a la Academia Latina de la Grabación. Estaba trabajando y ya no me pude concentrar. Me tomó días procesar ese momento. Incluso pensé que quizás se habían equivocado. Voy entrar para miembro en 2023, pero ya se autorizó mi inclusión», comenta.
Un gran poder con una gran responsabilidad
Con mucho entusiasmo, Carol explica que existen diversas formas de pertenecer a la Academia Latina de la Grabación, cada una con beneficios y responsabilidades diferentes.
«Existen los Miembros Votantes y Miembros Asociados. Ambos tienen relevancia en la industria musical y, en el caso del asociado, es parte activa, pero no cumple con los requisitos para ser votante. Pero todos los miembros tienen los mismos beneficios. La única diferencia es que solo los votantes pueden participar en la premiación», explica.
«Me siento super honrada por esta oportunidad de ser parte de la Academia Latina de la Grabación. Era un sueño que yo tenía muy aparte de lo que muchos artistas salvadoreños quisiéramos lograr: estar en los Premios Grammy. Como salvadoreños, en algún momento, vamos a poder tener una voz fuerte y, como artista mujer, también me siento super honrada», expresa llena de emoción.
Carol Hills es consciente que este nuevo logro es una gran responsabilidad, pero, también, sabe que puede convertirla en la motivación para seguir creciendo en su carrera y poder aspirar a poner en alto el nombre de El Salvador en la industria de la música y poder abrir paso para otros artistas nacionales que buscan este tipo de oportunidades.
«Es un incentivo para mi proyecto para luego, quien quita, lograr llegar a una nominación. Para mí, es también un reconocimiento a mis 10 años de carrera musical. El que me hayan dado esta aceptación es como ver que estos años han valido la pena para llegar a un escalón más. Me da fuerzas para seguir trabajando en mi proyecto. No es fácil. Pero, como artista, creo que tenemos miedo de no tener lo necesario, pero este tipo de logros hace un poco de reparación en mi interior», expresa.
«Siento que no es algo imposible de alcanzar (pertenecer a la Academia Latina de la Grabación). Creo que la industria latina anda buscando artistas que quieran dedicarse de lleno a esto. No es imposible. Hay que seguir trabajando. Todo depende del proceso de cada artista. Muchos hemos tenido que trabajar más tiempo, pero creo que la nueva generación de compositores, artistas y cantantes tienen herramientas que nosotros no tuvimos. Puede que cueste menos, pero quienes tienen este sueño, sé que pueden alcanzarlo», enfatiza.
Para Carol, su experiencia le ha servido para crecer y para proyectar nuevamente su carrera. En la actualidad, se encuentra trabajando para lanzar una producción llena de canciones que nacieron desde su habitación y que, ahora, se preparan para que muchas personas en El Salvador y el mundo las escuchen a partir del próximo año, por lo que hay garantías de que su carrera continuará fuerte y en constante crecimiento.