Casi medio centenar de incendios forestales asolan regiones de la selva y los Andes de Perú, donde la ola de fuego elevó a 18 los fallecidos en lo que va del año en medio de una grave sequía, según un balance actualizado difundido este viernes.
«Hemos tenido 268 incendios, de los cuales tenemos 198 extinguidos, 24 controlados y activos 46», dijo el ministro de Defensa Walter Astudillo a la radio RPP.
El gobierno decretó el estado de emergencia por 60 días desde el miércoles en los tres departamentos más afectados: Ucayali, en la frontera con Brasil, San Martín y Amazonas, vecino a Ecuador; ubicados todos en la selva.
Los principales focos activos continúan siendo los de las zonas selváticas, donde las llamas fueron atizadas por fuertes vientos a pesar de los intentos de bomberos por mitigarlos.
La temporada de incendios empezó en julio con la tradicional «quema de tierras» por agricultores, una práctica ancestral supuestamente eficaz porque permite dejarla rápidamente apta para una nueva siembra.
El gobierno destinó helicópteros MI-17 y aviones Spartan C-27J para lanzar 5.000 litros de agua a los focos activos en Amazonas y San Martín.
El Ejército también se desplegó para colaborar en las tareas de extinción, junto a bomberos, brigadistas regionales, entre otros, indicaron las autoridades.
Se estima que participan en total unas 9.000 personas en las tareas de control del fuego.
Según datos oficiales, los incendios han arrasado al menos 1.495 hectáreas en todo el país, destruyendo cultivos de maíz, cebolla, melocotón y aguacate. Además, 2.000 hectáreas de pastizales fueron afectadas.
Activistas advirtieron que «estos desastres de gran magnitud» han dejado además de pérdidas humanas, daño a los ecosistemas y a la flora y fauna silvestre, según la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.