La pandemia por la COVID-19 ha obligado a suspender los eventos tradicionales de las fiestas patronales en Izalco, Sonsonate. Las únicas que se celebraron acatando las medidas de bioseguridad fueron las fiestas en honor de la Virgen de la Asunción.
En este municipio, la cofradía Madre de la Asunción se encarga de continuar con la tradición, que tiene más de 174 años. También, las festividades sirven para agradecer por las cosechas a la abuela Tonantzin que, según la mitología indígena, es la Madre Tierra.
La conmemoración se llevó a cabo con una ceremonia y una misa de acción de gracias, además repartieron comidas elaboradas por la comunidad para conservar sus raíces ancestrales.
«Este día [ayer] para los izalqueños tiene un gran significado, sobre todo porque la Madre Tierra nos ha dado cosechas, por eso damos las gracias y nos permite también celebrar a nuestra Virgen de la Asunción, cada día nosotros alimentamos nuestra fe con ella. Es especial, por todos los momentos vividos como cristianos católicos, rezamos nuestras plegarias para que nos siga bendiciendo», expresó Alonso García, mayordomo de la cofradía.
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En 1770, con la visita pastoral del arzobispo Pedro Cortés y Larraz, Tecpán-Izalco —como fue conocido por los ancestros— se dividió en dos parroquias: la de Dolores Izalco y la de Asunción Izalco.
Por tal motivo, en diciembre, la iglesia de Dolores celebra sus fiestas en honor de la Inmaculada Virgen María. El pueblo de Izalco está ubicado en una región que desde la época prehispánica se caracterizó por albergar grupos náhuat.