En los momentos más críticos de la seguridad en las cárceles y en las calles de El Salvador se llegó a tener de 18 a 20 homicidios por día, y en los centros penales eran de lo más común los amotinamientos, con lesionados y muertos de por medio.
Desde hace casi dos años el panorama ha ido cambiando y ahora los reos muestran otro rostro, principalmente los que están en fase de confianza, a quienes —uniformados con camisetas, cascos o gorras amarillas— se les ve a diario salir desde diversos centros penales cuando son llevados a ejecutar actividades como la construcción de viviendas, la limpieza de ríos, a pintar escuelas o a remodelar edificios de delegaciones policiales o de unidades de salud.
Con el Plan Cero Ocio, los privados de libertad ponen en práctica sus capacidades en diferentes áreas, lo cual les permite su rehabilitación y preparación para la reinserción a la sociedad, explicó el director de Centros Penales, Osiris Luna.
«Por lineamientos del presidente Nayib Bukele, estamos teniendo el privilegio de trabajar en la remodelación, restauración y construcción de infraestructura para nuestros héroes policiales, mejorando sus condiciones de trabajo», publicó Luna en su Twitter.
En el último año, los reos han trabajado fuerte en la restauración y remodelación de diferentes centros escolares a escala nacional. «Luego de instaurar el orden, control y la disciplina en centros penales, con el Plan Cero Ocio se ha logrado que el 100 % de los privados de libertad desarrolle actividades productivas», indicó el funcionario.
Luna destaca el apoyo que los reos en fase de confianza prestan en la logística de la entrega de paquetes alimentarios del Programa de Emergencia Sanitaria (PES) y su aporte en la construcción de viviendas para familias de escasos recursos.
«Estamos trabajando bajo la dirección de la ministra de Vivienda, Michelle Sol, en la construcción de casas del proyecto habitacional de Nuevo Cuscatlán y de la comunidad El Espino, para beneficiar a familias de escasos recursos», señaló Luna.
Por medio del plan, los privados de libertad ejecutan diversas acciones de apoyo comunitario; entre estas, destaca la colaboración junto con instituciones del Gobierno y cuerpos de socorro como parte de la logística de respuesta ante emergencias, como incendios o tormentas, donde acuden para remover escombros.
«Diariamente seguimos apoyando las diversas instituciones y comunidades para que con su fuerza de trabajo los privados de libertad aporten en la construcción de una sociedad mejor, estimulando su sentido de utilidad y creando en ellos hábitos laborales. Así estamos creando un nuevo sistema penitenciario que sea referente de buenas prácticas», enfatizó el funcionario.