Nayib Bukele: la ONU es incapaz de resolver este conflicto
La propuesta de paz de China, apoyada por muchos países y reconocida por el mismo secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, para el conflicto ruso-ucraniano que dura ya 15 meses, con cientos de miles de pérdidas de vidas humanas y la destrucción de ciudades completas, podría ser la luz al final del túnel ahora que retumban los tambores de guerra en Europa, que se extienden a Oriente Medio con el conflicto israelí-palestino, amenazando la paz mundial.
El 21 de septiembre de 2022, al final de su intervención en la 77.a sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, declaró que no creía que a través de la ONU se lograra la paz entre Rusia y Ucrania debido al anticuado e inefectivo modelo de la reunión máxima de los líderes mundiales. Las estériles reuniones anuales de la ONU, sin mayores resultados , parecen confirmar dicha declaración.
El mes pasado, el presidente Xi Jinping se entrevistó telefónicamente con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y el pasado 24 de febrero China difundió su posición sobre la solución política a la crisis de Ucrania que contiene 12 puntos claves: respetar la soberanía de todos los países, abandonar la mentalidad de la Guerra Fría, cesar las hostilidades, reanudar las conversaciones de paz, resolver la crisis humanitaria, proteger a la población civil y a los prisioneros de guerra, mantener la seguridad de las centrales nucleares, reducir los riesgos estratégicos, facilitar las exportaciones de grano, poner fin a las sanciones unilaterales, mantener estables las cadenas de suministro, promover la reconstrucción postconflicto.
Con base en este documento, China se comprometió a colaborar con la comunidad internacional y a seguir aportando su contribución para promover una solución política de la crisis. Para ello, a partir del 15 de mayo China envió a su representante especial Li Hui, antiguo embajador de China en Rusia entre 2009-2019, a Ucrania, Polonia, Alemania, Francia y Rusia para buscar una «solución política» a la guerra de Ucrania.
HENRY KISSINGER Y ROBERT F. KENNEDY JR.: APUESTA CHINA POR LA PAZ
Henry Kissinger sostuvo hasta hace poco que Ucrania debe deponer la devolución de los territorios históricamente prorrusos de Lugansk, Donetsk, Jersón, Zaporiyia y Crimea, y convertirse en un Estado neutral que sirva de puente entre la Unión Europea y Rusia. Propone definir una nueva estructura internacional (¿sustituir a la ONU?) donde Rusia, la Unión Europea, Estados Unidos y China deben jugar un papel preponderante. Rusia ha contribuido decisivamente al equilibrio mundial y al balance de poder durante más de medio milenio. Su papel histórico no debe degradarse y debe poder reincorporarse al sistema internacional tras un acuer- do de paz con Kiev.
Sin embargo, el 16 de mayo Kissinger rectificó y afirmó que Ucrania debe formar parte de la Organización del Tratado del Atlán- tico Norte (OTAN). El portavoz del Ministerio de Asuntos Exterio- res chino, Wang Wenbin, reiteró este 18 de mayo «la consistente y clara postura de China» de que «Ucrania no debe convertirse en la frontera de una confrontación entre las principales potencias» al unirse a la OTAN. «Fortalecer o incluso ampliar los grupos mi- litares no es una forma viable de garantizar la seguridad de una región. La seguridad de un país no debe lograrse a expensas de la seguridad de otros países», sostuvo Wang Wenbin.
El 19 de abril de 2023, Robert Francis Kennedy Jr., sobrino del expresidente Kennedy, anunció en Boston su candidatura a la presidencia de EE. UU. Lamentó no haber escuchado a Putin durante muchos años respecto al conflicto ucraniano, pues él ofreció repetidamente un acuerdo sobre las regiones del Donbass, con una población rusa cercana al 90 %, cuyos residentes han sido asesinados por Kiev, pero Washington desencadenó una guerra contra Rusia usando a los ucranianos. La ambición geopolítica de los neoconservadores convirtió a Ucrania en un picadero de carne humana, donde Washington ha sacrificado, según Kennedy Jr., a más de 300,000 ucranianos. «EE. UU. debe hacer lo que es razonable, salvar vidas», dijo, y recordó las palabras de su tío: «Si quieres conseguir la paz, tienes que ponerte en el lugar del otro». Contrariamente, EE. UU., a través de la OTAN, con- virtió a Ucrania en un gigantesco campamento militar suicida.
A tono con la propuesta de paz de China, Kennedy Jr. esboza tres puntos claves para EE. UU.: aceptar la independencia de las regiones prorrusas del Donbass, retirar los sistemas antimisiles Aegis, equipados con misiles atómicos que EE. UU. ha instalado a 113 kilómetros de la frontera rusa en territorios de la OTAN, y no incluir a Ucrania en la OTAN.
UN PACTO TRAICIONADO Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Luego de la implosión de la Unión Soviética en 1991, Kennedy Jr. recordó que EE. UU., a través del presidente George Bush padre, «se comprometió con Rusia ante el último mandatario de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, a no mover la OTAN ni un milímetro hacia el este. Mentimos, porque luego entramos en 13 países de la OTAN, pusimos sistemas de misiles con capacidad nuclear, hicimos ejercicios conjuntos con Ucrania», acotó. Lógico, «si te diriges a Rusia de forma hostil desde el principio, su reacción será hostil», recalcó Kennedy Jr.
El trasfondo de la propuesta de paz de China es el de reducir las tensiones entre las grandes potencias —China, EE. UU. y Rusia— y cómo hacer que estos países traten con sus vecinos sin presiones de EE. UU. que les hagan sentirse obligados a una confrontación militar. Se trata de crear un nuevo orden mundial sin guerras y sin tratos preferenciales a escala internacional, donde haya paz, equilibrio planetario y respeto mutuo entre todas las naciones.