En muy breve tiempo, China y Brasil han acordado una nueva fecha para la visita del presidente de Brasil, Lula da Silva, a China después de que esta fue postergada por un inconveniente físico del mandatario brasileño. Como resultado, el día 12 de abril, el vuelo especial del presidente Lula da Silva llega a China. Esta visita de Estado ha captado la atención de los medios de comunicación del mundo. Como dijo el vicecanciller brasileño en la conferencia de prensa sobre la visita: «Ha llegado el momento para que Brasil y China hablen al mundo». China y Brasil vuelven a darse la mano y con ello, ¿qué señales enviarán a la comunidad internacional? Respecto a esta visita, podemos enfocarnos en los siguientes tres aspectos.
En primer lugar, los grandes países en desarrollo se valoran y confían el uno en el otro. Recientemente, el presidente Xi Jinping ha sido elegido por unanimidad presidente de China y presidente de la Comisión Militar Central. Esto significa la alta continuidad de políticas de China en su empeño por promover integralmente la gran revitalización de la nación china con la modernización china. El presidente Lula ha cumplido 100 días en el poder y la «unidad y reconstrucción» de Brasil vienen avanzando sin cesar.
Esta visita será la primera del presidente Lula a un país fuera de las Américas desde que asumió el cargo, y China ha respondido con brevedad la propuesta de Brasil sobre la nueva fecha de la visita. Todo ello ha patentizado plenamente la gran importancia otorgada por las dos partes a la Asociación Estratégica Integral China-Brasil y su alto grado de confianza mutua política. Esta importancia atribuida y la confianza mutua nacen de la tradición y son parte de la realidad actual. Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas hace casi medio siglo, no importa cómo cambie la situación internacional, las relaciones sino-brasileñas siempre han mantenido un desarrollo estable y se han convertido en un «caso ejemplar de solidaridad, cooperación y desarrollo conjunto entre los grandes países en desarrollo».
Últimamente, los dos jefes de Estado han expresado en diferentes ocasiones la positiva voluntad de promover el desarrollo de los lazos binacionales. Así comentó Hua Chunying, ministra asistente y portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China: «Estamos convencidos de que esta visita llevará la Asociación Estratégica Integral China-Brasil a subir nuevos peldaños». En este sentido, esta visita es merecedora de nuestras expectativas tanto por la altura que alcanzarán las relaciones sino-brasileñas bajo la orientación de la diplomacia de los jefes de Estado, como por los efectos demostrativos para las relaciones entre los grandes países en vías de desarrollo.
En segundo lugar, la cooperación práctica trae beneficios mutuos y ganancias compartidas. En cuanto al comercio, China ha sido el mayor socio de Brasil durante 14 años consecutivos. Entre 2020 y 2022, afectados por la COVID-19, el volumen del comercio bilateral aumentó de $101,730 millones a $171,490 millones a pesar de las circunstancias desfavorables. Mientras tanto, el superávit comercial de Brasil frente a China representa la mitad del superávit en su comercio exterior. Por su parte, Brasil ha desempeñado un papel positivo para garantizar la seguridad alimentaria y la seguridad de las cadenas industriales y de suministro de China.
En cuanto a las inversiones, Brasil es el mayor destino de las inversiones chinas en América Latina y el Caribe (ALC). La cooperación bilateral en áreas emergentes como 5G, inteligencia artificial y economía verde ha venido obteniendo nuevos avances y conquistando fructíferos resultados en los campos tradicionales como infraestructura, agricultura y ganadería, aeronáutica y astronáutica, energía y minería, y electricidad, haciendo contribuciones positivas a la «reindustrialización» de Brasil y trayendo beneficios tangibles a los pueblos de ambos países. Según medios brasileños, como UOL y Globo, decenas de congresistas brasileños, incluido el presidente del Senado, también se sumarán a esta gira, y es posible que las dos partes firmen alrededor de 20 acuerdos, lo que ha puesto de pleno manifiesto la gran voluntad de ambas partes por la cooperación práctica. Por ello, esta visita es merecedora de nuestras expectativas tanto por los nuevos resultados que logrará la cooperación práctica entre ambos países como por los beneficios tangibles que esta traerá a los dos pueblos.
En tercer lugar, los grandes países emergentes emiten voces positivas a favor de la paz y el desarrollo regionales y mundiales. En el contexto de la evolución acelerada de la situación cambiante nunca vista en una centuria, tanto China como Brasil han dado continuidad a su tradición de diplomacia independiente, practicado activamente el multilateralismo e inyectado más estabilidad y energía positiva a la situación internacional. Como los países en desarrollo más grandes del hemisferio oriental el uno y del hemisferio occidental el otro, China y Brasil han fortalecido la comunicación y la coordinación en los marcos como el G20 y el BRICS, para promover el desarrollo del sistema de gobernanza global hacia un rumbo más equitativo y razonable, en salvaguardia de los intereses comunes de los países en desarrollo. Al mismo tiempo, como el país más grande y la mayor economía de ALC, Brasil está comprometido con el fomento de la integración regional y la cooperación activa con los países de la región, en un esfuerzo aunado para construir un orden mundial más justo y razonable.
China otorga alta importancia al desarrollo de las relaciones entre China y ALC, y siempre considera a ALC como un buen amigo de igualdad y confianza mutua, un buen socio de desarrollo común y un compañero en la práctica del multilateralismo y trabaja con la región para promover las relaciones sino-latinoamericanas y caribeñas a entrar en la nueva era caracterizada por la igualdad, los beneficios mutuos, la innovación, la apertura y el bienestar para los pueblos. China y Brasil vienen trabajando junto con el resto de las economías emergentes y los países en desarrollo en un esfuerzo por hacer mayores contribuciones para mejorar su representatividad y derecho a la voz. Antes de la visita, el presidente Lula dejó claro que quería «reinsertar a Brasil en la palestra internacional» y «hablar por la paz». La parte china también manifestó a través de la portavoz de la cancillería su convicción de que «esta visita hará nuevas contribuciones a la estabilidad y la prosperidad de la región y el mundo». Por lo tanto, esta visita es merecedora de nuestras expectativas por los factores positivos que traerá una mayor coordinación y colaboración entre grandes países emergentes a la situación internacional repleta de cambios y desorden.
Todo esto lo veremos juntos.