Hace un año, Amparo Flores, de 54 años, considera que hizo la mejor compra de su vida al adquirir un cabro, que en poco tiempo se ha ganado el corazón de sus cinco hijos.
La mujer vive en la colonia Guadalupe II, del municipio de Yamabal, en Morazán, y todos los días viaja con su cabro, Chito, al mercado municipal en donde vende ropa, artesanías y mantas bordadas.
Flores asegura que Chito no es cualquier animal, es su mascota y en poco tiempo ha podido desarrollar vínculos afectivos con su familia. «Esta cabra es bien obediente y anda conmigo por todos lados.
Duerme debajo de mi cama, es mi mascota y me hace caso en todo lo que le digo. Se lo compré hace un año a una vecina que la mantenía amarrada.
Me la vendió en $20 y ha sido la mejor decisión y compra que he hecho en mi vida», expresó Flores. Añadió que todos los días se despierta a las 4 de la mañana y prepara el desayuno de su familia, incluyendo el de Chito, que come masa, maíz y tortilla.
Luego salen de su vivienda y abordan una mototaxi para trasladarse al mercado. «Chito va conmigo a trabajar todos los días en la mototaxi. Bien sabe y se sube a la mototaxi. Ya está acostumbrada. En varias ocasiones hemos ido lejos en bus y es bien portado. Me hace caso en todo.
Ya sabe cuándo vamos a salir y ahí va a la par mía. Además, baila, mueve la cabeza y la tira hacia atrás. Es feliz», contó Flores.
Aseguró que su nieta de cinco años también se encarga de cuidar a la mascota, aunque afirmó que en más de una ocasión han tenido que salir a buscarla, ya que se sale de la casa. «Ya me ha sacado sustos y se sale de la casa, pero bien sabe dónde vive, porque regresa», recordó Flores.