La Constitución salvadoreña, en el artículo 1, inciso segundo, establece que reconoce como persona humana a todo ser humano desde el instante de la concepción. Eso indica que está totalmente prohibida la interrupción de un embarazo; es decir, abortar una vida humana.
En muchos países esta práctica es legal, pese a la existencia de investigaciones científicas de las secuelas que esto podría provocar en la vida de una mujer, pero ¿cómo se hacen los abortos de vidas humanas? Se utilizan medicinas o cirugía para retirar el embrión o el feto y la placenta del útero. El procedimiento es desarrollado por un profesional de la salud con licencia.
Es cierto es que existen datos alarmantes de maternidades infantiles, pero esto es por la falta de educación sexual, la cual considero que debería trabajarse en concienciar a la población y liberarnos de tabúes, con el fin de prevenir embarazos no deseados.
Practicarse un aborto no solo es asesinar a una criatura indefensa —lo cual considero inhumano y un delito—, también la madre puede sufrir secuelas graves en sus próximos años. Existen investigaciones científicas que pueden orientar a una mujer antes de tomar esa decisión:
1. El índice de muertes de mujeres que se provocan un aborto es más elevado que el de una que ha llegado a la maternidad.
2. Puede padecer una trombosis en la vena ovárica atípica, según estudios de la Washington University y el Barnes-Jewish Hospital, St. Louis, Missouri, EE. UU. («Obstet Gynecol», 2000).
3. La decisión de retrasar el embarazo tiene consecuentemente una pérdida de la protección que aporta este, con un riesgo neto mayor aumentado, según la investigación de la University of North Carolina, EE. UU. («The Lancet» 2004, 363: 1007; «Obstet Gynecol Survey», 2003).
4. El aborto provocado por aspiración produce un riesgo aumentado de pérdida del hijo en el siguiente embarazo, de acuerdo con los resultados del Shangái Institute of Planned Parenthood Research, China («International Journal of Epidemiology», 2003).
5. Un aborto previo, provocado o espontáneo, se ha demostrado que no protege frente a la preclampsia y la hipertensión gestacional en el siguiente embarazo; sin embargo, un nacimiento a término previo sí que protege frente a estas graves situaciones clínicas en el siguiente embarazo a la mujer (OR 0.41, 95 % CI 0.38-0.44). Estudio cohorte del Dr. Xiong y colegas de la Universidad de Montreal, Québec, Canadá, en colaboración con la Universidad de Tulane, New Orleans, EE. UU. («Journal of Reproductive Medicine», 2004).
Las secuelas antes expuestas no las dicen las organizaciones de mujeres que promueven el aborto mal llamado terapéutico, las cuales, por cierto, son financiadas por la industria farmacéutica que se beneficiaría económicamente con la legalización de estos homicidios.
A esta industria no le importa la vida del bebé que está en el vientre ni la vida de la madre. Por ello, toda puerta abierta a una legalización del aborto conlleva a exponer la vida de muchos inocentes y con ello la vida de muchas mujeres y su reproducción futura.